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Central volvió a tener problemas para atacar, se repitió en errores de ofensiva y en su tablero pagó contra un buen juego de Estudiantes, que con Sandrini sólido en la conducción, más el buen aporte a distancia de Brocal y Sesto, se despegó 8-3. 

La reacción del Rojinegro fue buena, corrigiendo cuestiones defensivas y clavando un parcial 11-0 con Córdoba, Forastieri y Ludueña rompiendo con determinación a la canasta, aprovechando también el único momento en que Estudiantes perdió claridad en ofensiva. Sin embargo, cuando parecía que el equipo de Panizza se acomodaba en el partido, Estudiantes recuperó el control y volvió a dominar las acciones. Con un buen pasaje de Ignacio Galardo en la zona interior y el oficio de Patricio Rodríguez con el tiro a distancia, el Bataraz recuperó el control del juego y llegó al cierre del cuarto inicial 17-14 arriba. 

En el segundo parcial, Central repitió errores en su ofensiva, no tuvo claridad, muchas veces tampoco tuvo paciencia y terminó tirando lanzamientos mal seleccionados y sin chances de poder cargar al rebote ofensivo. A excepción de Córdoba, que aún con altibajos pareció ser el único que entendió por dónde jugar los ataques, el resto fue todo muy caótico, sin chances de hundir la pelota a la pintura y con bajísimos porcentajes en el tiro a distancia. 

Del otro lado, Estudiantes mantuvo su juego bien aceitado, con rompimientos y caídas al canasto por parte de Ligorria que le provocaron dolores de cabeza permanentes a Central. También el tiro a distancia de Brocal, Sesto y Rodríguez funcionó de buena manera, para que los dirigidos por Gustavo Fernández controlen el juego y se despeguen en el marcador, llegando al descanso largo al frente 36-28 ante un Central que necesitaba en forma urgente un cambio de cara. 

En el tercer cuarto el Rojinegro tuvo otra actitud para jugar el partido, principalmente desde la defensa, cerrando los caminos a Estudiantes que ya no jugó con la misma claridad. En ofensiva también hubo una mejora en la toma de decisiones, Córdoba fue importante, también Forastieri y apareció Davenport para que Central amagara con colocarse en partido. 

Si bien Estudiantes respondió con mucho oficio, el Bataraz no se sintió tan cómodo en el juego, no volvió a mandar a cancha a Owens y la cuarta de Galardo le hizo perder poderío en la zona interior. Pese a que Estudiantes se sostuvo al frente, Central tuvo un cierre de parcial a puro bombazo, con uno de Davenport y otro de Capponi, le permitió achicar diferencias y entrar al último cuarto abajo 56-54. 

Todo lo que insinuó en el tercer cuarto lo terminó de confirmar en el cuarto final. Primero con una tremenda defensa y en ofensiva con Davenport en gran nivel, bien acompañado por Ludueña, que jugó todo el partido y la experiencia de Forastieri para asumir protagonismo cuando el equipo más lo necesitaba. 

Con una ráfaga ofensiva Central se despegó 70-61, incomodando a Estudiantes, que no tuvo la misma claridad del primer tiempo y sintió también la corta rotación. Der todas maneras, cuando Central parecía que lo cerraba sin problemas, se le cerró el aro, el Bataraz se la jugó para achicar y con un triple del Pato Rodríguez se puso 72-71 abajo con más de un minuto para jugar. Central no atacó bien, pero recuperó una gran bocha en defensa y un triple de Córdoba marcó el principio del quiebre del partido. Central llegó mejor pisado al final y lo terminó ganando con una gran reacción, sumando un triunfo de enorme valor para seguir creciendo en las posiciones y sobre todo, porque lo hizo reaccionando ante un rival de enorme jerarquía.