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Toda la serie entre Golden State y San Antonio estuvo dominaba por el factor emocional. Para los argentinos, por la incógnita de saber si sería la última participación de Manu en su carrera profesional. Para todos, por la ausencia de Curry y también por el fallecimiento de la esposa de Gregg Popovich, que provocó que el entrenador no estuviera en los últimos tres partidos. Y terminó emocional, como empezó. Golden State eliminó a los Spurs 4-1 tras ganarle el quinto partido 99-91, dejando las almas argentas vacías. 

Los Spurs encararon el partido apostando todo a plata o muerte, con 3 o 4 claves: atacar usando la mayor cantidad de segundos posibles, salvo excepciones muy puntuales; bajar las posesiones; defender cerrándose y soltando a Green en el tiro de tres; buscar que el protagonismo ofensivo fuera o de Thompson o de Durant (no de ambos) e intentar tomar buenos tiros con pocas pérdidas. Obviamente, todo era casi imposible. Atacó usando muchos segundos, bajó las posesiones, Green tiró solo y erró en general, Durant no estuvo tan activo, Thompson la descosió, pero no tuvo efectividad y perdió demasiados balones, muchos no forzados.

Golden State también tenía su estrategia. Aprovechó cada pérdida de los Spurs para correr, dobló en el poste bajo a Aldridge anulándolo y defendió excelentemente. En esa balanza, no necesitó mucho más para sacar 11 al final de la primera mitad, 49-38. Teniendo en cuenta el 31% de cancha de los Spurs y sus 8 pérdidas (la mayoría dolorosas), no era tan mal negocio para los texanos. Manu había arrancado muy activo, pero luego también se sumó a la baja puntería. 

La segunda parte no varió desde lo estratégico, a excepción de que GSW no dobló prácticamente a Aldridge, que tuvo entonces mayor participación. Siguieron desaparecidos Gasol, Green (como en toda la serie) y Parker, apoyándose los de Messina en Mills (el mejor), más Gay, LA y un buen ingreso de Ginóbili. Una jugada marcó el período: Durant le robó la pelota a Gasol cuando el español intentaba jugarle un uno contra uno, y de contra clavó una bomba, para darle 16 de luz, la máxima, a su equipo: 77-61. Parecía que los Spurs tenían que escalar el Everest en 10 minutos. El problema seguía siendo la baja eficacia, principalmente (33% global), más la escalada en puntos del local en cada período (22, 27, 30). 

El último período, por momentos, encendió ilusión, a partir de una seguidilla de lanzamientos fallados del local. Los Spurs fueron de a poco, sin apuro, con Manu como reactor anímico y creador de juego, buscando a Aldridge en el poste (25 puntos en la segunda mitad) y defendiendo durísimo. Se puso a 2 (91-93), faltando 57 segundos, pero Durant clavó una daga sobre Gay para empezar a darle el triunfo a su equipo y, en la siguiente, Manu quiso habilitar a LA en el poste y el balón se fue afuera, como las esperanzas de los Spurs.

Fue 99-91, serie 4-1 y final de la contienda. Thompson terminó con 24 puntos, Durant con 25 y Green, la figura, con 17, más 19 rebotes. En los Spurs el mejor fue Aldridge (30 y 12). Ginóbili se despidió con 10 puntos (2/3 dobles, 1/4 triples y 3/3 libres), 7 asistencias y 5 rebotes en 24 minutos. Ojalá no haya sido el último pero, si lo fue, nunca te olvidaremos. Dalo por seguro.

Fabián García / [email protected]
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