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Indianápolis 2002, Atenas 2004 y Japón 2006. En esas tres citas internacionales consecutivas, Estados Unidos se chocó de lleno con la realidad: ya no era invencible. Desde aquellas derrota ante la Argentina, el conjunto norteamericano comenzó a comprender que completar un plantel con jugadores de la NBA no era una garantía de victoria. Terminó de comprenderlo en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, cuando se recuperó y volvió a quedarse con la medalla dorada luego de ocho años de sequía. Hoy se cumplen doce de esa obtención por parte del Redeem Team.

El plantel fue liderado por una de las más grandes leyendas en la historia de la competencia estadounidense: Kobe Bryant. Como escudero, encontró a dos jóvenes con un nivel superlativo como LeBron James y Dwyane Wade. Chris Paul, Carmelo Anthony, Jason Kidd, Chris Bosh y Dwight Howard fueron algunas de las otras figuras que le dieron al Team USA esa profundidad necesaria como para ganar absolutamente todos los partidos del torneo. Fue 5-0 en la Fase de Grupos y victorias ante Australia y Argentina en cuartos y semis, respectivamente.

La final les puso como rival a España, el seleccionado que se había consagrado campeón del mundo apenas dos años antes. Un triunfo trabajado por 118-107 gracias a la labor de la Mamba Negra (20 puntos) les dio a los de Mike Krzyzewski la posibilidad de subirse a lo más alto del podio olímpico una vez más. Aquella plantilla será recordada por siempre como la que entendió la fortaleza del resto del mundo y le devolvió la gloria a los mayores dominadores que ha tenido este juego.