Quimsa y un cambio de rumbo que terminó en título
21:28 18/07/2015 | A diferencia de la 2014/15, la historia de Quimsa en la Liga venía repleta de frustraciones y ansiedad. Repasamos aquello y su gran cambio.
La 2014/2015 no pasó a la historia como la mejor temporada en la historia de Quimsa por casualidad. Son muchas las razones por las cuales los santiagueños se trasnformaron en el equipo que pudimos observar en estos últimos meses y entre ellas, aparecen las de un profundo cambio a la hora de encarar la competencia y la eliminación de ciertos errores que habían pagado caro en el pasado.
Es cierto que el presupuesto de los santiagueños fue algo superior en esta campaña que en otras Ligas, aunque el tema económico nunca fue un impedimento para que la Fusión no obtuviera mejores resultados. Si no nos creen, vale repasar un poco su historia.
Quimsa llega a la Liga para disputar la 2006/2007 con Marcelo Richotti como entrenador. Aquel plantel no contaba con grandes nombres, más allá de sus referentes, Julio Mázzaro, Alejandro Reinick y Robert Brown. Sin embargo, el equipo se adaptó muy bien a la nueva competencia y terminó sexto la fase regular con marca de 24 triunfos y 20 derrotas.
El problema, como en varias ocasiones futuras, fueron los playoffs. Allí, los de Richotti cayeron contra Atenas, clasificado 11°, en la Reclasificación por un global de 3 a 1. Las expectativas habían sido cumplidas durante la primera etapa del certamen, pero no así cuando arrancaron los juegos decisivos.
Para la 2007/2008 Quimsa se reforzó para ser uno de los candidatos, con la continuidad de Julio Mázzaro, más la suma de Cleotis Brown, William McFarlan (en su mejor momento), Gabriel Mikulas y Jonatan Treise. Sin embargo, la presión le jugó una mala pasada en el arranque y tras una irregular primera fase, la dirigencia decidió su primer cambio de técnico en la Liga: Fabio Demti por Richotti.
Ya con Demti en el banco, el rendimiento mejoró, más allá de que su séptimo puesto en la regular (23-21), no era lo esperado en la previa. Lo mejor, esta vez, llegó en los playoffs: el plantel comenzó a jugar su mejor básquet del año y llegó a la final, donde no pudo hacerle frente al Libertad de Laron Profit y Robert Battle, siendo barrido por 4 a 0.
Si hay una temporada que marca a las claras los errores de manejo que lastimaron a Quimsa en sus primeras experiencias en el torneo, fue la 2008/2009. A pesar de la final lograda, los dirigentes dejaron ir a Demti, reemplazándolo por Fernando Duró, en lo que comenzaría una danza de nombres, que iba a incluir a otros tres entrenadores: José Luis Pestuggia, Daniel Jaule y eventualmente, Carlos Romano.
Pero no fueron sólo los DT quienes entraron y salieron del Estadio Ciudad. En aquella Liga, los de Santiago utilizaron a 11 extranjeros distintos, marcando un verdadero hito (negativo) en la competencia. El equipo tenía un núcleo fuerte de nacionales con Mázzaro, Mikulas y Treise, pero nunca encontro la qúimica, terminó 11° (20-24) y perdió en la Reclasificación con Olímpico, por 3 a 1. La presión externa era diametralmente opuesta a la paciencia que mostraba el club.
Tras la turbulencia, la 2009/2010 fue más tranquila para Quimsa. Romano fue sostenido durante todo el calendario y el equipo, con un sólido quinteto (Treise, Mázzaro y Brown, más Dionisio Gómez y Román González) consiguió muy buenos resultados: título de Copa Argentina y de Liga Sudamericana.
La fase regular terminó con un sexto puesto (24-20) y entre los nombres del plantel y los campeonatos conseguidos, las expectativas eran muy grandes para los playoffs. Sin embargo, la postemporada le iba a jugar una nueva mala pasada y en los cuartos de final, los de Romano fueron eliminados por Sionista por 3 a 1. Otra decepción.
Los logros del 2009 podían hacer imaginar una lección aprendida, pero el cierre negativo pareció volver a reflotar malos hábitos. La dirigencia apostó por repatriar a Richotti, pero tras un mal arranque, fue cortado nuevamente y en su lugar regresó Romano, quien había dejado el club apenas algunos meses atrás. Como mínimo, desprolijo.
Igualmente, desde los resultados, iba a ser la mejor campaña de Quimsa hasta la pasada. A pesar de mantener la base de la 2009-2010, con el agregado de Diego Lo Grippo, no tuvo una buena fase inicial (19-25, 10°) pero apareció en los playoffs y llegó hasta semifinales, donde fue eliminado por Atenas (3-0).
Para la 2011/2012 hubo cambios importantes. Si bien se mantuvo a Romano como entrenador, el plantel sufrió una renovación casi total. Igual se terminó armando un muy buen equipo, con jugadores como Jesse Pellot, Bernard Robinson, Leonel Schattmann, James Williams, Sebastián Vega, además de las continuidades de Lo Grippo y Damián Tintorelli.
El rendimiento fue muy bueno en las primeras fases, acabando con marca de 26-18 y un meritorio quinto puesto, pero el karma de los playoffs volvería a afectarlos. En la Reclasificación fue superado por el 12° Boca (3-1) y otra vez quedaba la sensación de que había demasiado, para tan poco.
La caída ante Boca le costó el puesto a Romano y los santiagueños hicieron algo que repitieron en varias ocasiones durante su etapa LNB: apostar por una cara conocida, en este caso Fabio Demti. Se armó otro plantel fuerte (pasaron Aguirre, Baxter, Lo Grippo, Mojica, Stanton, Tintorelli, Vega y Williams) y tras un sexto puesto en la regular (24-20), se quedaron en cuartos de final, en manos del tricampeón Peñarol por 3 a 1.
La última gran decepción para Quimsa llegó en la Liga anterior a la del campeonato, la 2013/2014. Nombres como Xavier Silas, Darren Phillip, Jonatan Treise, Damián Tintorelli, Sebastián Vega, Fernando Funes y Matías Sandes hacían imaginar a un candidato, pero la realidad fue muy distinta. La Fusión acabó 12°, con apenas 21 victorias y luego fue eliminado por Regatas en cuartos de final (3-1). En el medio, un nuevo cambio de técnico: Oscar Sánchez por Demti.
Viendo todo esto, ¿qué cambió en la 2014/2015? Para empezar se sostuvo un plantel estable durante toda la competencia. si bien esto puede resultar un factor menor, teniendo en cuenta el éxito que mostró el grupo desde el comienzo del certamen. Difícil cambiar cuando todo va por los caminos adecuados.
La diferencia más importante, a simple vista, tuvo que ver con la idea de la paciencia. Aunque terminó consiguiéndolo, Quimsa no se armó sólo para ganar ya mismo, sino que fortaleció sus divisiones inferiores, apostó por formadores como Silvio Santander y Eduardo Japez, además de varios jugadores con presente, pero también futuro para seguir creciendo (Vega, Fernández Chávez, Pérez y obviamente Deck).
Como si esto fuera poco, le dieron toda la confianza a Nicolás Aguirre en la base (venía de una 2013/2014 donde estuvo un buen tiempo sin equipo) y sumaron a líderes ganadores y experimentados, como los que no habían tenido en otras ocasiones: Diego García y Robert Battle. En la previa, la fórmula no garantizaba el éxito, pero sí la consolidación de un proyecto a largo plazo, sin la presión de lo inmediato.
Los resultados están a la vista y Quimsa no sólo cumplió con sus objetivos, sino que hasta pareciera que se saltó etapas, en esta oportunidad, con un saldo positivo. Más allá de la unión del grupo, la palabra fundamental para el título fue química... justamente la misma que le había faltado tantas otras veces en el pasado.
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