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Boca Juniors 87 - Obras Basket 86
En un final para el recuerdo que puede resultar decisivo en un futuro cercano, Boca se quedó con un partido épico tras vencer a Obras en la última bola. Fue por 87-86, con Lucas Pérez (14 puntos) como figura y héroe del Xeneize, clave para desatar un grito atragantado que más allá de lo deportivo se apoyó en la enorme convicción que tuvo todo Boca hasta el sonido de la chicharra. Memorable noche vivida en La Bombonerita.
La noche arrancó con un Pérez encendidísimo, tomando muchísimas decisiones, efectivo y siendo la gran bandera ofensiva de su equipo. Se adueñó absolutamente del arranque de 9 a 0 de Boca, en un arranque muy picante que en el medio incluyó un cruce muy áspero tras un forcejeo con Leiva, donde se agarraron y afortunadamente no pasó a mayores porque supieron frenarlos.
Con el correr de los minutos Obras tomó mayor protagonismo en la duela. Las respuestas llegaron a través del siempre dominante Horner, junto con el ascendente momento de Zanzottera y un Herrmann que supo acompañar. De a poco Obras le encontró la vuelta, sobre todo al encajar una pequeña seguidilla de triples y llegando a pasar momentáneamente al frente (21-19). Igual el primer cuarto se lo llevó Boca, con un doble de Gianella en el ocaso del periodo (23-22).
A Boca le costaba suplir los momentos ausentes de Pérez, pero con la calidad de Gianella lo suplió bastante. Gargallo a través de los triples también fue otra clave, ayudando junto con Funes más el dúo Lampropoulos-Vassirani a imprimir una buena carrera para que Boca se escape 42-32. Boca no lo cerró perfecto porque otorgó un par de facilidades en el final, pero igual se fue al descanso largo 44-36 arriba.
Zanzottera ya venía siendo una carta importante para sostener a Obras, pero no iba a alcanzar solamente con el pergaminense. Por eso quizá lo mejor que se vio en el tercer cuarto fue el protagonismo que volvió a tener Horner haciendo de todo: corrigiendo tiros, defendiendo, barriendo en el fondo o anotando puntos desde su versatilidad. Horner se robó el tercer cuarto y fue el gran líder de la remontada del Tachero, independientemente de también hay que mencionar el sólido pasaje de Barral en el armado.
Obras fue toreando a Boca y le comió los talones, más aún cuando el Xeneize se quedó sin gol y empezó a tener una laguna muy marcada. La embestida llegó a poner a los de Casalánguida arriba por diez (63-53), y aunque Boca recortó diferencias en el final la realidad es que la visita se mantuvo al frente por 63-57 y el trámite del partido ya era muy distinto al de la primera mitad.
Boca se reencontró con variantes para pelear el partido, desde el momento de Gianella (explosivo en el final) pero también pasando por la tarea de Lampropoulos y Amicucci. Sin embargo el problema de los de Córdoba estuvo en el fondo, porque Obras aprovechó la falta de box out en su rival y con un poco de mayor inteligencia encontró ese punto frágil a explotar. Así siguió liderando el marcador y llegó al tramo final con ventaja, mucho de esa diferencia fue mérito del tremendo desgaste de Horner.
Pero el hambre de Boca por llevarse el partido, sabiendo lo vital que es no dejar oportunidades en su lucha por salir del fondo, terminó pesando en el final. Lo de Gianella en el último cuarto fue exquisito, independientemente de una pérdida que casi le costó la vida a todo Boca, mientras que Lampropoulos y Amicucci siempre dieron algo positivo.
Sin embargo el hombre de la noche terminó siendo un Pérez que, con Boca 86-84 abajo tras un libre de Horner, agarró la lanza en la última bola y clavó un triplazo sobre la chicharra para desatar un final memorable. Terminó siendo victoria por 87-86 para el Xeneize, en un triunfo que no solo tiene valor por su emotivo triunfo sino que se ve potenciado por la necesidad de un Boca que amenaza con salir del fondo cada vez que regala este tipo de espectáculos.
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