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Charles Barkley siempre tuvo una personalidad combativa, no solo en su etapa como jugador, sino que también ahora en su nuevo rol de analista para una cadena de televisión, a raíz de lo cual son innumerables la cantidad de discusiones y conflicto en los que ha estado inmerso. Es un contexto que le gusta y en el que se siente cómodo. Anoche se sumó un nuevo episodio cuando dijo desde el estudio de TNT que le "gustaría golpear en la cara a Draymond Green".

Esto sucedió después de que la producción pusiera un enfrentamiento entre Rondo y el todoterreno de los Warriors, en el marco del entretiempo del partido. "Me gustaría que alguien le pegara en la cara", dijo Charles, quien retrucó ante la repreguntá del conductor: "Me gustaría golpearlo en la cara".

Luego del partido, le consultaron al jugador de Golden State al respecto y su respuesta fue del mismo tono amenazante, ya que están cortados por la misma tijera: "Escuché lo que dijo. Muchos hombres hablan por televisión, se paran detrás de un micrófono y una pantalla de televisión. El hecho es que si siente algo tan fuerte, me ha visto un millón de veces. Si eso es lo que sientes con tanta fuerza, dame un puñetazo en la cara cuando me veas. Si no, cállate". 

Al margen de este episodio, lo más importante fue lo que sucedió dentro de la cancha, en donde Draymond volvió a ser un motor para el triunfo de los Warriors, que se adelantaron 2-0 en la serie ante los Pelicans. Su trabajo fue completísimo, como suele hacerlo, a un punto tal que coqueteó con el triple doble: aportó 20 puntos, 12 asistencias, 9 rebotes, 2 tapones y 1 robo, en 40 minutos en cancha.