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El nivel de la selección argentina durante el desarrollo de la Copa del Mundo ha sido superlativo, por encima de las expectativas. Una de las claves de su regreso a una final del mundo, tras 17 años de espera, es el excelente trabajo defensivo sobre las estrellas anotadoras a las que se ha enfrentado.

Luego de una estupenda tarea con Bogdanovic y Serbia, llegó el turno de Francia. Evan Fournier llegaba al encuentro de este viernes con un promedio de 21 tantos por jornada, dentro de un equipo con una media de puntos anotados de 89.3 unidades. Desde el primer minuto de juego, la agresividad albiceleste sobre los franceses fue notable; con Patricio Garino como encargado de perseguir al hombre de Orlando Magic.

El equipo de Sergio Hernández tomó las riendas del juego rápidamente y se puso arriba en el marcador. En un tiempo muerto, el entrenador exclamó: “¡Fournier y De Colo no la tienen que tocar!”, y los hombres más peligrosos del cuadro europeo fueron neutralizados, al igual que todo el equipo. Sus jugadores supieron responder al pedido del estratega.

Fournier terminó el encuentro con 16 puntos (6/17 TC), el ex CSKA de Moscú anotó 11 puntos (2/5 TC), Rudy Gobert -la gran estrella del rival en semifinales- apenas 3 (1/3 TC). Además, el conjunto albiceleste dejó en 66 puntos a Francia, que contaba con muchas herramientas para lastimarlo. Símbolo de la intensidad que Argentina tuvo durante todo el partido fue la presión que Garino le aplicó a Fournier ante una salida del fondo, en donde 3 veces le negó la pelota cuando restaban segundos para el cierre del encuentro.