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Por la complejidad del partido, por el momento en que vive y por la necesidad imperiosa de sumar en cuanto partido tenga por delante, el triunfo de anoche no fue uno más para Atenas. El Verde logró derrotar a uno de los rivales directos que tiene en el fondo de la Conferencia Norte y así se anima a ilusionarse con salir del mal momento que atravesó. Anoche venció al duro Sionista por 69-67 y sigue en levantada.

Preparados, listos, ya… De primera a quinta, sin escala. Así empezó Atenas el cuarto inicial del partido, con una intensidad que es fiel reflejo de los equipos de Carlos Romano. El Verde mordió todo lo que pudo y se recostó en Diego LoGrippo (9 puntos) y en el juego colectivo para hacer la diferencia. Sionista apenas respondió con las más que interesantes cualidades anotadoras de Charlie Westbrook, quien marcó 11 de los 19 de su equipo en el segmento que terminó ganando el Griego (19-11).

Pero en medio de tanta intensidad, la vorágine le cobró peaje y en más de una ocasión se pasó de vuelta, sobre todo en ofensiva (sólo 12 unidades), algo que aprovechó el elenco paranaense para meterse en partido con el casi exclusivo aporte de su trío foráneo (Westbrook, Reynaldo García y Dwayne Jones), que se combinaron para hacer 26 de los 31 con que la visita se fue al vestuario (35-31).

Tras el descanso, de la mano de García los de Svetliza metieron un parcial de 5-0 y se pusieron al frente del marcador por primera vez, 39-38; y a partir de ahí fueron los cordobeses los que hicieron el gasto, aunque Sionista siempre simplificó todo a pura bomba. Toda la construcción de los de Romano y en base a la buena tarea de Bruno Lábaque (6) fue derribada a pura bomba de la visita. Cuatro triples seguidos sobre el cierre no permitieron que la diferencia fuera amplia y en honor a la verdad, el marcador mostró un mentiroso 53-52 que no hizo más que generar preocupación en el hincha.

Al último cuarto lo golpearon contra el filo, lo tiraron a la sartén y fue bien revuelto. La necesidad de ambos por quedarse con el triunfo conspiró contra la inteligencia y la tranquilidad. Fue un constante ensayo y error que experimentaron los dos y, justamente eso dejó bien en claro que lo iba a ganar el que menos se equivocara y no el más que más acertara. Y en ese contexto, la experiencia de Atenas hizo la diferencia. Fue 69-67 y se derrotó nada menos que a uno de esos rivales directos en esta lucha que mantiene por salir del fondo.