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Tanto expertos, periodistas como el simple observador puede notar que la ofensiva de los Dallas Mavericks lleva un buen tiempo siendo un verdadero espectáculo. Hasta hace una semana atrás, era la más efectivo de la competencia y el año pasado fue la tercera mejor. Rick Carlisle es considerado uno de los mejores entrenadores de la NBA y mucho tiene que ver en eso su capacidad para comandar y organizar sus ataques. Un maestro ofensivo, es uno de los adjetivos que más se usa en su referencia.

Así como San Antonio tiene una ofensiva distinta a todas (Atlanta de a poco se le va pareciendo, de la mano del ex Spurs Mike Budenholzer), los Mavs con su estilo propio, se transformaron en un ataque tan eficaz como divertido para ver.

En términos generales, lo que Carlisle impuso en el equipo es el concepto del spacing (generación de espacios), con formaciones abiertas, muchos tiradores en cancha y a la vez, perimetrales capaces de crear desde el pick and roll, ya sea para anotar o para encontrar al compañero abierto. Todo esto, jugado con inteligencia, buena selección de tiro y sin el apresuramiento que puede tener un equipo de un Mike D´Antoni o un George Karl.

Mucho tuvo que ver en esto los espacios generados por el alemán Dirk Nowitzki, quien obliga a los rivales a concentrarse sobre él, liberando así a algunos de sus compañeros. Pero igualmente, la fluidez y movimiento de pelota del equipo es para destacar y disfrutar. Jugadores como Jason Kidd, Devin Harris o Jameer Nelson, por nombrar sólo algunos, encontraron nuevos aires en sus respectivas carreras, jugando como bases en el esquema de Carlisle y beneficiándose de la cancha abierta para tomar triples cómodos a pie firme.

Menos de una semana atrás, sin embargo, toda esta teoría recibió un golpe, cuando en el cambio más importante de lo que va de temporada, los Mavericks adquirieron a Rajon Rondo, a cambio de Brandan Wright, Jameer Nelson, Jae Crowder y picks de próximos Drafts.

Antes que nada, es adecuado aclarar que Rondo es un GRAN jugador, capaz de dominar el ritmo de un partido por sí mismo e impactar el encuentro en ambos costados de la cancha y en diferentes áreas. Lo que a continuación se expone, no es más que un análisis de como encaja en la filosofía de Dallas, o mejor dicho, como no lo hace.

Cuando ocurrió el traspaso, el 90% de las voces que se pudieron escuchar se mostraron positivos con respecto a lo hecho por los texanos. A simple vista, la llegada de una estrella a un quinteto inicial ya de por sí muy fuerte (Ellis-Parsons-Nowitzki-Chandler) no hacía más que catapultar a los de Mark Cuban a una condición de favoritos al título. Desde aquí, nos animamos a pensar esa situación dos veces.

Por empezar, salgamos de lo táctico y vayamos al problema sencillo: la llegada de Rondo fortalecío al grupo inicial, pero debilitó notablemente la banca, sobre todo debido a la salida de Wright, quien venía con excelentes números. Una segunda escuadra ahora conformada por Barea-Harris-Aminu-Villanueva-Smith está lejos de ser fuerte, sobre todo en cuanto a su rotación de hombres grandes, sumamente acotada.

Pero como dijimos, este no es el único factor que nos invita a poner dudas sobre como impactará Rondo al juego de Dallas. Por empezar, su llegada le sacará la pelota de las manos a Monta Ellis, un jugador que precisa del balón para ser efectivo y que nunca ha sido buen tirador estacionado.

Por otra parte, si bien es cierto que Rondo es un gran pasador (quizás el más creativo de la liga), también lo es que a veces suele abusar del drible y sacarle algo de fluidez a los ataques de su equipo. El principal problema, igualmente, pasa por otro lado.

Lo más negativo que se puede leer en estos nuevos Mavs tiene que ver con la falta de tiro de su perímetro. Ellis es mucho más efectivo atacando el aro que lanzando a distancia, mientras que Rondo es directamente un negado a la hora de intentar desde la línea de tres puntos (o la de libres), algo que rara vez realiza.

Esto, como puede observarse en la imagen que compartimos bajo este párrafo, va a generar que los rivales puedan separarse del ex Boston, ayudar sobre algunos de sus compañeros (Ellis, Nowitzki, etc) y de esa manera, cortar los famosos circuítos que hacián de Dallas una maquina tan efectiva.

Nadie dice que el experimento no vaya a funcionar. Rondo, después de todo y como ya dijimos, es un gran jugador que se suma a un equipo lleno de estrellas y jugadores tan inteligentes como productivos. Lo que simplemente queremos marcar, es que resulta complicado imaginar que los de Carlisle tengan éxito con su estilo pre-traspaso, sino que deberán buscar otra forma de ser dominantes. Cambiar una filosofía tan marcada en medio de una temporada y en el salvaje Oeste, puede ser más peligroso de lo que originalmente se puede imaginar.