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La mala noche que los Knicks tendrían quedó reflejada en el campo desde el comienzo mismo del encuentro. Boston empezó el encuentro mucho más concentrado y preciso con el aroy y con el goleo interior de Jared Sullinger y un par de triples del novato Marcus Smart, sacó una rápida ventaja de 14 a 2.

Los Knicks intentaron acercarse con un par de conversiones de Jason Smith y un triple de José Calderón (9-16), pero rápidamente los Celtics volvieron a tomar ventaja con una bomba de Avery Bradley, acompañada más tarde de otro tiro de tres, esta vez de Jae Crowder. Smith volvió a aparecer con dos nuevas anotaciones (8 puntos), pero igualmente, la visita se llevó el primer cuarto por 26 a 19.

Un triple de Tim Hardaway Jr y dos puntos de Lou Amundson, además de una leve mejoría defensiva hicieron que New York recortase la distancia a cinco (26-31) al comenzar el segundo parcial, sin embargo, Sullinger volvió a tomar protagonismo en la zona pintada y ayudado por una seguidilla de Bradley, Boston volvió a romper la barrera del doble dígito de diferencia.

Entre Calderón y Smith intentaron empujar a una remontada a los locales en el cierre de la mitad, pero nadie más sacó la cara para el equipo de Fisher y los Celtics no tuvieron demasiados problemas en cerrar mejor y de esa forma, ingresar a los vestuarios adelante por un cómodo 57 a 44.

Luego de tener poca participación y eficacia en el primer tiempo, Carmelo Anthony se encendió en el comienzo del tercer período y comenzó a cargar a su equipo. Sin embargo, en el otro costado los locales no podían parar a sus rivales y la diferencia se mantenía intacta y por encima siempre de los 10 puntos. La misma recién se pudo romper en la última jugada del cuarto, donde un triple de Shane Larkin le puso algo de suspenso a la definición, dejando el marcador 80-72 al éntrar a los últimos doce minutos de acción.

Aunque seguían dando ventajas en defensa, el ataque de los Knicks se había despertado y con puntos de Larkin, Hardaway Jr y Quincy Acy, los de Fisher llegaron a ponerse abajo por apenas seis en el inicio del último parcial (78-84). Cuando parecía que Boston no iba a poder aguantar el liderazgo, volvieron a emerger las figuras de Bradley y Sullinger, indetenibles para los neoyorquinos en toda la noche, quienes se encendieron y volvieron a darle tranquilidad a su equipo.

Luego de ese acercamiento, New York ya no tendría fuerzas para realizar otro empuje importante y los Celtics cerraron el partido con tranquilidad, festejando por 108 a 97. La derrota duele especialmente para unos Knicks que venían de ganar cinco de sus últimos siete encuentros y que aunque muy lejanas, empezaban a encontrar algunas esperanzas de postemporada en el horizonte.

Avery Bradley fue el goleador del ganador con 26 puntos, bien acompañado por los 22 más 9 rebotes y 6 asistencias de Jared Sullinger. En los Knicks, de poco sirvieron los 21 de Carmelo Anthony o los 17 de José Calderón, para un equipo que no contó con el cordobés Pablo Prigioni por un dolor en la cadera izquierda.