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Cuando la temporada regular 2019/20 de la NBA dio inicio, muy pocos creían que el Miami Heat podía atravesar todos los escenarios posibles para colarse en las Finales de la NBA como representante de la Conferencia Este. Pero, con el paso del tiempo, consolidó un estilo y se transformó en uno de los equipos más duros de la liga. Y, aunque siempre corrió con la "desventaja" de tener el peor récord en sus series de playoffs, eso jamás le importó.

Amparados en la posiblidad que le dio la burbuja a los equipos peor sembrados de no sufrir la localía de su rival, el Heat encaró todas sus series con la certeza de que su contrincante había ganado más partidos en la etapa anterior. Le pasó con Indiana Pacers, cuarto del Este. Aun así, fue capaz de barrerlo contundentemente con un 4-0. También ocurrió en las Semifinales ante Milwaukee Bucks, el mejor récord de toda la competencia. La victoria fue igual de clara, pero con una marca de 4-1.

Boston Celtics suponía el escollo más duro que Miami tuvo en esta postemporada. Los de Brad Stevens no sólo habían terminado en la tercera posición de la Conferencia, sino que también habían mostrado un alto nivel en todas sus eliminatorias. No obstante, el Heat demostró una vez más que no importa nada más que ganar cuatro partidos en la llave y lo terminó de conseguir en el sexto. Los Ángeles Lakers, el mejor récord de la Conferencia Oeste, volverá a presentarle ese reto. Pero, según parece, a los de Spoelstra poco le importa el pasado.