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LDA 2019

Marcos Mata, la pieza que completa todos los rompecabezas

21:25 01/04/2019 | El alero se convirtió en el más ganador de la historia de la Liga de las Américas, con 4 títulos, pero los números en Marcos sobran. Aquí, analizamos el valor para sus equipos.

Foto Marcelo Figueras (La Liga Contenidos)

Es fácil y difícil al mismo tiempo analizar a Marcos Mata. La primera respuesta simple sería: todos los entrenadores lo quieren en su equipo. La segunda respuesta, más difícil, es ¿en qué se destaca para que todos los entrenadores lo quieran? No querríamos caer en la cita común, pero lo vamos a hacer. Mata es el tipo que te soluciona todos los problemas. Si lo lleváramos a la vida terrenal, el que te arregla un caño, te pinta, te arma la instalación eléctrica, es limpio y, al final, te hace un asado.

No habla de más (ni de menos), está donde tiene que estar, juega lesionado si es necesario, lo aman sus compañeros y sus rivales. Durante su carrera se tuvo que enfrentar más de una vez con uno de los grandes absurdos del ambiente: no tiene carácter. ¡Vaya si lo tiene! Confundir falta de carácter con baja expresividad es un error que cometieron algunos, pero el tiempo puso a cada uno en su lugar. 

"Marcos es el jugador que te acomoda todo. Prolijo y cerebral en ofensiva, determinante en defensa. Es de esos jugadores que hacen que la defensa de equipo se eleve, puede marcar en todas las posiciones y colabora constantemente con el resto. Toma rebotes y es brillante tácticamente", lo define su actual entrenador, Gonzalo García. 

"Mata juega para el equipo y juega para ganar. Conoce el juego de punta a punta. Tiene personalidad, carácter, juega arriba del aro. Es una estrella defensiva en el básquetbol latinoamericano. Sin ser el mejor en nada en ofensiva, es completo y le da equilibrio al equipo en todas las facetas del juego: defensa, rebote, ataque. Es una pieza que todos los entrenadores quieren tener en su equipo", dice Julio Lamas, el hombre que lo llevó a los Juegos Olímpicos del 2012 y con el que salió dos veces campeón de la Liga Nacional. 

Para tener una medida de su aportación ganadora, vale un número: 21 títulos conseguidos en su carrera, entre equipos y selección. Solamente superado en la historia de la Argentina por dos jugadores: Leo Gutiérrez (33) y Martín Leiva (26). Además, es el máximo campeón de América, con 4, lejos del lote de escoltas, que suman 2. 

Mata, que este año cumplirá 33 años, es también uno de los contadísimos casos de su generación (si contamos de 1982 a 1989), que pudo mantenerse al nivel selección con todos los monstruos de la Generación Dorada. Solamente él y Pipa Gutiérrez pudieron hacerlo con regularidad. Y Mata en un puesto donde sobraba talento. Por qué no triunfó en Europa sigue siendo una pregunta que no sabemos responder. Tenía todo para destacarse en la ACB, pero su paso fue efímero, aunque no malo: promedió 7.8 puntos y 3.5 rebotes en casi 25 minutos en aquel Cajasol Sevilla donde arrancaban dos pibes con condiciones: Willy Hernangómez y un tal Kristaps Porzingis. Pero el club estaba mal y Marcos se fue a Brasil, al Franca, para retornar en 2015 a San Lorenzo, donde permanece y donde ya ha ganado 8 títulos (3 Ligas, 2 LDA, 2 Supercopas y 1 Súper 4). 

Gonzalo García marca la faceta más importante de Mata: "Siempre está pensando en el colectivo y es capaz de resignar su lucimiento personal en favor de que todo funcione. ¡Un ganador todo terreno!". Por eso, si nada extraño ocurre, se lo verá en el próximo Mundial, su tercero, en agosto en China. Allí, una vez más, podrá dar cuenta de su ADN como basquetbolista: estar siempre para lo que sea necesario. Pensar que parece tan simple y tan pocos pueden hacerlo al más alto nivel. Mata es uno de ellos. 
 

Fabián García / [email protected]
En Twitter: @basquetplus

 

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