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Tras una secuencia de partidos electrizantes, que se definieron en suplementario o en los segundos finales del tiempo regular, la victoria cómoda de esta noche de sábado fue como un bálsamo para Brooklyn. Obviamente, con el plus de que festejó en la casa del clásico rival: 112-104 frente a los Knicks. De esta manera, ratificaron el campanazo que habían dado en la jornada anterior, en la que derrotaton ni más ni menos que al líder Toronto Raptors.

Durante los primeros siete minutos el partido fue absolutamente parejo, pero en ese momento los Nets se pusieron al frente 23-21 y no volvieron a dejar el liderazgo en el marcador. Por el contrario, con el transcurso de los minutos lo fueron estirando: llegaron al entretiempo con una ventaja de 11 puntos (56-45)  y llegaron a abrir una brecha máximo de 18 (75-57) en la medianía del tercer parcial. El marcador final fue 112-104, con el que el equipo de Pablo Prigioni -asistente de Kenny Atkinson- mejoró su récord a un 10-18.

La figura de los Nets fue Spencer Dinwiddie, que a su vez se erigió como el goleador como consecuencia de sus 25 puntos, que acompañó con 6 asistencias y 3 rebotes. Además, fue para destacar la tarea de Rondae Hollis (20 puntos y 6 rebotes) y de Jarrett Allen (14 puntos y 12 rebotes). En New York no fue suficiente el superlativo doble doble de Enes Kanter (23 puntos y 14 rebotes). El próximo compromiso para Brooklyn será el miércoles ante los Philadelphia 76ers, otro de los candidatos del Este.