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¿Se imaginan el cimbronazo que hubiera generado el despido de Lonzo Ball por parte de los Lakers? Eso estuvo a punto de suceder hace un par de meses debido a un accionar irregular, pero la franquicia supo desactivar la bomba a tiempo. Vale recordar que Lonzo Ball se perdió gran parte de la temporada como consecuencia de un esguince grado 3 en su tobillo derecho; en el proceso surgieron inconvenientes que alargaron los lapsos de la recuperación, por lo que dentro de su entorneo creció la opción de una operació.

Según un informe de Shams Charania, de The Athletic, LaVar Ball habría avalado una intervención secreta en el tobillo de Lonzo Ball, con un cirujano angelino que ya había trabajDo con una lesión de LiAngelo Ball. En el último momento, el propio Lonzo llamó a Rob Pelinka para informarle de esta situación y la respuesta fue contundente: si se seguía adelante con el procedimiento sin el consentimiento de los Lakers, podría tener inconvenientes. Desde la franquicia incluso se habló de un despido automático.

Finalmente primó la cordura: Lonzo no se operó y su vínculo con los Lakers se mantuvo. Eso sí, no volvió a jugar más en la temporada, un poco por su lesión y otro por las nulas chances con la que la franquicia llegó al cierre de la fase regular. Según Charania, el propio Pelinka tuvo que trabajar con el exagente de Ball, Harrison Gaines, para asegurarse que el procedimiento no se efectuara. El GM de la franquicia angelina viajó para presencias las citas médicas de Ball y asegurarse que cumpliera con la rehabilitación asignada por la organización.