Cavs campeones

LeBron James: del infierno al cielo en 6 años

18:35 20/06/2016 | El 8 de julio del 2010 se marchó a Miami y Cleveland lo defenestró. Casi 6 años más tarde, les dio el primer título de la historia. Crónica de una pasión.

Fin de un sueño: Cleveland campeón

El 8 de julio de 2010 fue un día especial para el deporte norteamericano. Eran otras épocas y un joven LeBron James había generado una enorme expectativa con su partida a un equipo grande. No era su momento más humilde y, para anunciar su destino, pactó con ESPN un programa especial llamado "La Decisión". 

Tardó unos cuantos minutos en dar el nombre de Miami Heat, al que ni siquiera nombró: "Voy a llevar mi talento a South Beach", dijo simplemente. Entonces estalló el escándalo. Festejos por doquier en Miami, casi una revuelta popular en Cleveland, donde prendían fuego camisetas suyas por la calle y el dueño de los Cavs, Dan Gilbert, lo destrozaba en una carta pública, tratándolo de traidor y narcisista. 

 

 

Gilbert completó la bravuconada con una frase que lo dejó en ridículo: "Les aseguro que los Cavs ganarán un título de la NBA antes que el autodenominado 'Rey' gane uno". Los Cavs finalizaron la siguiente campaña últimos en el Este (19-63), con el 29º peor récord de la Liga. Miami llegó a la final, perdiendo ante Dallas 4-2.
 

La relación James-Gilbert llegó a un punto que no podía ser peor, y la de LeBron con su Cleveland, también. No había manera de imaginar un posible regreso, menos aún cuando en sus primeras 4 temporadas con el Heat, llegó a la final de la competencia, ganando 2 (vs. OKC y San Antonio) y perdiendo otras 2 (Dallas y Spurs). 

Sin embargo, tras caer ante San Antonio, en una paliza que dolió muchísimo, LeBron entendió que ya no le quedaban metas por cumplir en Miami y que sí debía resolver una deuda pendiente con Cleveland. "Me fui porque quería ganar títulos, y sigo queriendo hacerlo, pero lo más importante es darle uno a Ohio", dijo cuando tomó la decisión de volver. 

"Estaba la carta de Dan, los abucheos de la gente, la quema de camisetas...todo eso había afectado mucho a mi familia y a mi madre. Entonces traté de pensar como ellos, si yo hubiese sido un niño y mi ídolo se hubiese ido. Me reuní con Dan, cara a cara, hombre a hombre, y aceptamos que todos pueden cometer errores. Ambos lo hicimos". Era el 11 de julio de 2014. Cuatro años y 3 días después del momento más turbulento de su carrera.

Demostrando que es por lejos el mejor jugador del mundo, James rehizo a Cleveland, llevándolo hasta la final, pero cayendo ante los Warriors (con Love e Irving lesionados). Un año después, tras despedazar a los rivales del Este en los playoffs, llegó el momento de la revancha: otra final, mismo rival, pero todos sanos.

La historia no empezó bien y el 1-3 hacía pensar en una nueva frustración, pero Green no jugó el quinto, que ganó Cleveland de visitante, en el sexto pasaron la escoba y en el séptimo se recibieron de cracks, especialmente LeBron, que terminó con triple doble, descansó apenas 71 segundos en todo el partido y puso un tapón estratosférico a 2 minutos del final como si sus piernas recién empezaran el choque. 

LeBron cumplió su promesa. Cleveland tiene el primer anillo de campeón de la NBA tras 52 años de espera. No hay más insultos ni abucheos. No más camisetas prendidas fuego. Ahora todo es paz y serenidad. El Rey está en el lugar que quería estar. Para siempre. 

 

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