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Cleveland está ante una oportunidad inédita de hacer historia. La expectativa por el séptimo juego de las Finales NBA que disputarán esta noche los Cavaliers contra Golden State Warriors es cada vez más grande, y en la previa al decisivo encuentro hay una serie de datos estadísticos que siempre son buenos para tener en cuenta.

Ya se había dicho durante los últimos días que ningún equipo en la historia de la NBA pudo ganar unas finales de liga después de haber comenzado la serie 1-3 abajo. Estos arranques desfavorables se dieron en 32 oportunidades y registro es contundente: 0-32 para aquel equipo que arrancó en desventaja. Obviamente esto indica que el que ha quedado match point siempre se terminó llevando el anillo esa temporada.

A Cleveland le ha pasado de tener este contraproducente inicio de 1-3, sin embargo en el ambiente se ha creado una atmósfera tremenda, que aunque nunca se deje de dudar de la capacidad de Golden State también hay que mirar en la otra vereda y observar a unos Cavaliers que vienen en alza, inspirados por haber forzado el séptimo juego y con el hambre de un LeBron James brillante que parece ser capaz de quebrar la historia. De ocurrir, de ver a los de Ohio coronarse, se establecería un récord sin precedentes.

Ya el mismo hecho de haber forzado un séptimo juego después de venir 1-3 abajo es un hecho para remarcar. Hace exactamente 50 años que un equipo no obliga un Juego 7 después de venir en situación tan adversa, y solamente ha ocurrido en dos oportunidades dentro de la NBA.

La primera vez fue en 1951, cuando New York Knicks arrancó muy mal contra Rochester Royals. Fue la primera final que requirió de siete encuentros para definir a su ganador, con los neoyorkinos comenzaron padeciendo dos derrotas visitantes (92-65 y 99-84) para después ir a su estadio y perder el Juego 3 (78-71). Pero despertaron a un terrible 0-3 en contra, de forma increíble y ganando los siguientes tres partidos para forzar un séptimo (79-73, 92-89 y 80-73). Empató las finales en 3, pero Rochester le arrebató la gloria en el Juego 7 y ganó 79-75 para quedarse con el anillo.

La segunda ocasión en la que ocurrió una remontada similar fue en 1966. Los Angeles casi logran dar el golpe ante los Celtics, arrancaron ganando en Boston (133-129 en suplementario) pero después sufrieron una seguidilla de tres reveses en fila, de los cuales se cuenta el segundo partido en casa de los Celtics (129-109) y los dos jugados en Los Angeles (120-106 y 122-117). Contra las cuerdas, los Lakers reaccionaron y se llevaron el quinto en Boston (121-117) y el sexto cuando regresaron a casa (123-115), pero los Celtics tenían ventaja y definieron el anillo en su casa después de ganar 95-93 en el Juego 7.

Hoy, con diferentes matices y trámites dentro de las finales, Cleveland está ante una situación parecida, porque arrancó 1-3 pero se levantó de sus cenizas y ganó en los últimos dos juegos (112-97 y 115-101). ¿Será esta la primera vez que un equipo se quede con el anillo después de un arranque tan adverso? Estamos a minutos de saberlo.

Otro dato fuerte: los visitantes han ganado solo 3 veces el Juego 7 sobre las 18 finales de la NBA, algo que ocurrió dentro de casi una década entre las finales de 1969 y 1978. Boston ganó el séptimo en casa de Los Angeles en 1969 y después repitió en 1974 visitando a Milwaukee. El tercer registro fue 1978, cuando Washington Bullets ganó el definitivo en casa de Seattle SuperSonics, hace justamente 38 años.

LOS 32 REGISTROS QUE ARRANCARON 1-3