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Matt Barnes ya es un jugador retirado, pero durante su carrera tuvo dos etapas en Los Angeles Clippers: la primera se dio en su temporada de novato (2002/03), mientras que la restante tuvo lugar entre el 2012 y el 2015. Ese último equipo logró quebrar el paradigma de la supremacía deportiva de los Lakers en la ciudad, pero nunca pudo amalgamar esa concentración de talento en un título o al menos en ser contendiente serio al anillo. 

Además de Matt Barnes, en el plantel había figuras del calibre de Chris Paul, DeAndre Jordan, Blake Griffin, J.J. Redick y Jamal Crawford, así como también pasaron jugadores de rol de enorme jerarquía (Antawn Jamison, Lamar Odom, Caron Butler, Hedo Turkoglu o Stephen Jackson). Nombres top que nunca encontraron la fórmula para jugar de manera colectiva. Así fue como cada uno de esos tres años se desmoronaron en los playoffs (una eliminación fue en primera ronda y las otras dos en las semis de Conferencia).

En AM 570 LA Sports se empezaron a revelar algunas de las razones que podrían haber influido en ese mal desempeño. El propio Barnes fue entrevistado y fue conciso al respecto: "Los egos. Estábamos muy bien fuera de la pista. ¿Cómo era posible que en la pista no conectáramos? Fue algo mental eso de no poder ganar campeonatos para los Clippers. Hemos sido uno de los equipos más talentosos de los que no han ganado un Anillo y fue por nuestra culpa, además de los egos había comportamientos muy infantiles". 

Encontró otra realidad en los Warriors, en donde culminó su carrera en la temporada 2016/17, ni más ni menos que con un anillo de campeón: "Fui lo bastante afortunado como para ir a los Warriors, que estaba lleno de superestrellas pero no de egos. Se dejaban el ego fuera, lo único que les importaba era ganar el título".