La bomba: Francia eliminó a España en cuartos, 65-52
18:44 10/09/2014 | Era el día para apostar, porque nadie hubiese dicho que Francia podía eliminar a España. Genial trabajo francés.
MMDesde que comenzó el Mundial, o bastante antes para ser más justos, lo único en lo que pensaban los españoles (público, prensa, cuerpo técnico y jugadores), era en la final del torneo, en un posible choque contra Estados Unidos y en ganarle. Poco más.
Se olvidó que, en el medio, podían tocarle partidos difíciles. Senegal, incluso, durante un rato mostró sus puntos flacos, aunque el 89-56 final no dejó lugar a dudas sobre su superioridad y, quizá, evitó que se miraran con más detenimiento los errores.
Francia era otra cosa. Aún muy debilitado por las ausencias, tenía un par de cosas importantes, como un buen entrenador, que preparó una estrategia defensiva brillante, jugadores altos y atléticos para ejecutarla y algunos jugadores de mucha calidad, especialmente Diaw.
Francia lo puso a España en la difícil decisión de pensar y, también, en contrarrestar táctica con táctica, y en la primera mitad no le funcionó. Francia le hacía steps y saltos a la bola en los pick and roll, defendía mano a mano a los Gasol en la pintura, hacía un bloqueo defensivo de su rebote espectacular y adelante movía el balón con mucha eficacia, encontrando buenos tiros. Pero lo más claro lo hacía atrás.
Como era de esperar, cuando España se vio en esa situación, se empezó a poner nervioso. Orenga llegó a poner a sus tres bases en cancha, pero se le complicaba mucho el movimiento de la pelota igual, y por eso terminaban forzando tiros que no son habituales.
Con ese esquema de ejecución casi perfecto, y a pesar de algunos fallos arbitrales dudosos, Francia se llevó una renta de 7 al entretiempo largo (35-28), llenando de dudas a los españoles, que ofensivamente siempre habían sido avasallantes.
Pero la historia cambió en el inicio del tercer cuarto, a partir del reingreso de un tipo justo para estos partidos: Juan Carlos Navarro. Ofensivamente, el escolta del Barcelona le dio una energía y vitalidad que no tenía, forzando penetraciones, tiros y faltas, que le permitieron al local meter un 6-0 de arranque que igualó el trámite.
Francia se enredó en una situación que no le convenía. Dejó de pensar en ataque, perdió 3 pelotas seguidas (2 por 24 segundos) y no pudo salirse del vértigo que le imponía su rival, cometiendo además errores infantiles, por obvios. Como Heurtel dejándose robar un balón por Rubio por detrás.
Los franceses estuvieron 3 minutos sin anotar y después se reacomodaron un poco, pero ya no eran los de antes. Quizá fue el clima, un poco los árbitros y otro poco el peso de la camiseta rival, lo que los llevó a desordenarse y equivocar los caminos ofensivos. También es cierto que la presión defensiva de España fue muy superior a la de la primera mitad, quitándole el movimiento de la pelota con una agresividad asfixiante.
Lo que no podía hacer España era desequilibrar en la pintura. Los grandes franceses hicieron un enorme trabajo en la defensa individual, en las rotaciones y, sobre todo, en la defensa de su tablero. España no podía cargar como lo hace habitualmente, ni siquiera con la presencia de Ibaka, que estuvo ido, sin entender el juego, tirando de muy lejos al cesto. Francia terminó ganando la lucha aérea 50-28.
En medio de la tormenta, Francia encontró un oasis, con una bandejita y 2 libres de Fournier y un triple de Diaw, que le dieron 6 de ventaja (51-45), a 7 minutos del final. No aprovechó un par de oportunidades para estirar más la diferencia, pero como seguía intenso en defensa, mantuvo esa diferencia unos minutos.
Al entrar en los cinco finales, la cancha se convirtió en un hervidero. Francia perdió 2 pelotas seguidas, Pau Gasol respondió con un 2+1 y achicó a 51-48, pero Francia empezó a pensar más, empezó a creérsela, y eso era clave en ese momento, porque un final cerrado, con el estadio como estaba, hasta podía resultarle favorable, por la presión que España mostró todo el partido.
Un par de errores de España, una racha tremenda de Heurtel, sobre todo un triple restando 1m05s, definieron el juego. España se hundió en su importancia, se tiró un par de lances, pero el batacazo estaba dado. Francia terminó ganando 65-52 y destrozó los pronósticos. Se lo creyó a tiempo.
Cuartos: 15-15, 35-28, 42-43 y 65-52.
Fabián García (Enviado especial a Madrid, España)
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