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Mientras que a grandes rasgos y siguiendo la lógica de este deporte, se puede hacer una aproximación de lo que es capaz de dar cada selección en Río, hay un equipo que le escapa a esa situación: justamente el dueño de casa, Brasil, que divide aguas entre quienes lo ven para la lucha por las medallas y otros que consideran que son candidatos a quedar eliminados temprano.

La sensación dominante, igualmente, es que estamos hablando de un candidato. Los factores que alimentan esta consideración son varios: hicieron una preparación excelente desde los resultados, tienen jerarquía individual y son locales. Todo está apuntado para que esta sea la gran cita para los brasileros, a quienes se les vienen escapando oportunidades desde hace tiempo. Esta no solo es la más grande, sino también la última para la generación de Leandrinho, Nené, Marcelinho, Guilherme y Marquinhos.

SIn embargo, una vez que se supera esa sensación reinante y metiéndonos más en profunidad, empiezan a aparecer grietas que habrá que ver si alcanzan para dañar la estructura general del equipo. Por un lado, está el ya mencionado factor de los grandes acontecimientos, potenciando por la presión de ser local. Sacando algunos partidos puntuales, Brasil no ha dado la talla cuando más debía hacerlo durante estos años.

Pero más allá de eso, el plantel también da para debate. Es cierto que cuentan con cinco NBA y varios otros jugadores de primer nivel en algunas de las ligas más fuertes del mundo, pero a la vez, hay cierta descompensación en algunos puestos (alero sobre todo), además de algunas figuras en el pico descendiente de su carrera (son el segundo plantel más veterano, detrás de España).

Desde la propuesta no hay tantas incógnitas. Brasil intentará crecer desde lo defensivo, mientras que en ataque dependerá de la creación de Marcelinho, el desequilibrio de Leandrinho, más la potencia y recursos de sus talentosos interiores (Nené, Hettsheimeir y Lima). No parece haber demasiado lugar para sorpresas, exceptuando quizá a Raulzinho, quien debería tener su primer gran competición internacional.

¿Será justificado el aire de medalla que rodea al seleccionado en estos días?, ¿jugará a favor o en contra la localía?, ¿y el alto promedio de edad? Interrogantes que solo encontrarán su respuesta una vez que arranque la acción. Mientras tanto, es interesante debatirlo.