Argentina superó a México por un contundente 85-71 y selló su primer gran objetivo: la clasificación al Mundial de China. Por momentos primó la duda, pero fueron más los pasajes de básquet de alto vuelo, comandados por un Luis Scola en un nivel admirable (figura a partir de sus 22 puntos y 9 rebotes). Luego del partido Sergio Hernández brindó sus sensaciones en relación a la clasificación a la Copa del Mundo y en cuanto a la actualidad del equipo y de Luifa Scola como principal referente del mismo.
- Tercer partido que juegan en La Rioja y tercera victoria. ¿Le sienta bien a la Argentina?
. La cancha es espectacular. Todos sabemos que en la Argentina tenemos serios problemas de infraestructura y venir a una estadio como el Superdomo de La Rioja es realmente un placer. Y el afecto de la gente... a veces los equipos necesitan sentirse cobijados. No tanto sentirse ídolos, sino sentir el afecto. Acá la gente siempre nos demostró eso de manera respetuosa, ya sea en la entrada o salida del hotel, en la calle o en la cancha. Nosotros sabemos que estamos de paso en la selección, que no es nuestra y que somos representantes del básquet argentino. Es de todos los que hacemos básquetbol y esta cosa lo demuestra: hay mucha gente atrás, con ilusión. Nosotros tenemos la responsabilidad de llevar esa ilusión lo más lejos posible y en este caso a un Mundial, ni más ni menos. Mucho tiene que ver la gente, nuestros compañeros, los colegas de otros equipos -desde las formativas de la ciudad más chiquita hasta el entrenador principal de Liga Nacional-, los jugadores que participan del Federal, de la Liga Argentina y la Liga Nacional. Los que vamos al Mundial somos todos, no solamente nosotros. Vamos a salir en la foto, pero el básquet argentino es el que en este momento va a estar en la Copa del Mundo y por algo es, por algo podemos disimular las ausencias y seguir jugando. No todos los países pueden tener cuatro o cinco ausencias fuertes y seguir compitiendo al mismo nivel, solo una nación que tenga un básquet saludable, algo que creamos entre todos, incluido La Rioja.
- Más allá de los resultados, ¿te vas contento por el rendimiento que pudo plasmar el equipo en estos dos partidos?
. Hoy está mano a mano el tema, clasificar a un Mundial no es algo de todos los días. Me voy doblemente contento, primero porque ya estamos en China y segundo porque el equipo tuvo momentos de alto vuelo, a pesar de que en esta ventana hubo jugadores como Quinteros, Faggiano o Aguerre, que se incorporaron sin todo el bagaje anterior que sí tienen otros. Sin embargo no se resintió la estructura. Ante México hubo momentos del primer tiempo en los que no estuvimos muy sólidos, sino bastante perdidos, pero cuando tuvimos que acelerar hicimos un tercer cuarto en el que parecíamos los Warriors en su mejor momento, nobleza obliga. Eso también hay que contarlo, porque los entrenadores somos un poco de recordar solamente las cosas negativas. Juegan muy bien.
- ¿Qué reflexión te merece el récord 9-1 teniendo en cuenta lo que pensaste antes de comenzar la ventana?
. No pensé mucho, recuerdo no estar consciente que eran ventanas clasificatorias cuando jugamos con Paraguay acá y con Panamá de visitante. Lo hablé con colegas y me parece que les pasó a todos más o menos lo mismo. Incluso, en el armado del equipo cada vez empezó a haber más experiencia y menos juventud, porque nos dimos cuenta que de esto dependía todo un proceso, sino no volvés a jugar a nivel internacional hasta 2023. Entonces la cosa era muy seria y tomamos conciencia después. Venir estos partidos a La Rioja, que la gente te espere en el hotel, tener que ir a saludar al Gobernador y todo eso, era el panorama que existía cuando hacíamos la giras previas de preparación que efectuábamos para los torneos. La verdad que nos costó, confieso que a mí me costó. Por ejemplo, hoy a la victoria en Panamá -sin Campazzo, Garino, Scola, Deck ni Vildoza- le doy un valor que no sé si se lo di en aquel momento. Ahí ganamos un partido que fue clave para la clasificación, como hoy también agradezco haber perdido en Olavarría contra Uruguay, porque nos hizo dar cuenta de que eran todas finales a partir de ahí y nosotros no estábamos jugando como tal. Estábamos jugando. Ahí nos dimos cuenta que cada vez que nos juntáramos teníamos que jugar verdaderas finales y creo que lo hicimos y lo vamos a seguir haciendo.
- Con la clasificación asegurada, ¿podés usar la próxima ventana para probar jugadores?
. Creo que está sobrestimada la prueba de jugadores a nivel profesional, no sé cuánto hay que probar, nosotros vamos a intentar ir a la ventana de febrero con lo mejor que podamos. Sí es verdad que en algún punto posiblemente veamos a algún joven, aprovechando eso. Pero vamos a ir a intentar ganar.
- Argentina también va a ser juez en la pelea mano a mano entre Uruguay y Puerto Rico...
. Hay que ser respetuoso cuando de nuestro partido depende la clasificación de otro. Lo que pasa es que no se sabe lo que pueda pasar de acá a febrero, qué jugador está bien físicamente, cuál puede estar con alguna molestia, porque tampoco puedo arriesgarlo. A lo mejor lo llevás igual en una ventana en la que tenés que ganar sí o sí, si el club te lo da. Pero vamos a ir a ganar, por supuesto.
- ¿Te volvió a sorprender Luis Scola?
. En el vestuario hablé para todo el equipo y cerré la charla dirigiéndome a él, porque la verdad que es admirable. Tenemos la suerte de tener un guía que nos empuja, lo que asombra es la energía que no para e incluso fluyo en momentos en los que pensás que ya debería estar cansado. Y va, va, va... la verdad que tenemos mucha suerte de tener un capitán como él. A veces es muy molesto, muy exigente, pero seguramente es una de las claves por las que esta camada está teniendo los comportamientos que está teniendo, tanto dentro como fuera de la cancha. Una cosa es la alta competencia y otra el alto rendimiento: lo primero es el hábitat en el que vos podés estar porque tenés cualidades, pero el alto rendimiento es un hábito. Él nos enseña cada día cómo hay que ser atletas o entrenadores de alto rendimiento y no quedarse conformes solamente por estar en la alta competencia. Me parece que eso se ha trasladado, fue una de las claves para que este equipo esté siempre con un comportamiento. Después puede jugar bien, mal, más o menos, pero la intención la tiene siempre.
- ¿Te animás a pensar en el techo que puede llegar a tener este equipo cuando estén los jugadores que por ejemplo estuvieron ausentes este fin de semana?
. Hay una realidad, nosotros jugamos ante los equipos de América y no pudimos hacerlo contra los europeos. Creo que sería necesario poder jugar contra otro tipo de básquet... no creo que Europa sea tan superior, sí diferente hasta por concepción del juego, porque ocupan más espacios y porque tienen otros tamaños. Tenemos suerte que tipos como Marcos Delía juegan todos los días contra estos jugadores que te estoy diciendo, pero como equipo nos vamos a tener que acostumbrar. Creo que si lo hacemos con el equipo completo, por lo menos vamos a competir y no nos van a sacar de la cancha. Pero de ahí a imaginarme hasta dónde, no. Pero el deseo va a estar, viste como son los argentinos.
- Scola dijo que este momento de la selección le hizo acordar al del 2001, una puerta que solo él podía abrir. ¿Cómo lo tomaste?
. Luis me lo viene diciendo a mí hace rato, te diría que a la mitad de estas ventanas ya me lo empezó a decir. Lo respeto porque él estuvo en los dos procesos y era un nene en el 2001. Obviamente le voy a dar crédito a su palabra, lo que pasa es que a mí no me gusta entrar en este juego de ver cuánto nos acercamos a la generación anterior, porque además yo también formo parte de aquella. Por ejemplo, en el Mundial 2002 nos íbamos sorprendiendo con lo que iba pasando. Si bien le teníamos fe al equipo, no lo esperábamos. Es un juego peligroso, por eso como bien lo dijiste, el único que podía abrir esa puerta era Scola, ahora que siga remándola él con ese tema.
Fabián García (enviado a La Rioja)
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