Para los argentinos éste no era un partido más, porque Manu Ginóbili jugaba su partido número 1000 en la NBA, obviamente sumando temporada regular y playoffs, una cifra redonda y significativa, un nuevo logro del mejor basquetbolista argentino de todos los tiempos.
Oklahoma comenzó mejor, con mucha movilidad, imponiendo su clásico juego de vértigo, posesiones cortas y un Westbrook intratable en el uno contra uno para escaparse 8-17 en apenas cinco minutos. San Antonio lució lento, errático y sobre todo muy flojo en el costado defensivo, dejando muchos huecos en la zona de la pintura.
Fue en ese momento que Popovich le permitió a Ginóbili llegar a su partido número 1000, cuando restaban 7m09s para terminar el cuarto inicial. Y el argentino respondió con lo que mejor sabe hacer, un pase directo a Duncan para que éste sume un dos y uno.
Manu le cambió la cara al partido, y lo hizo a partir de su visión de juego, porque se dedicó a asistir en lugar de buscar los puntos. Con su claridad conceptual, San Antonio fue achicando la diferencia a medida que transcurrían los minutos. ¿Oklahoma City? cayó en un cúmulo de errores y perdió consistencia.
Con un triple de Bonner y un doble de Joseph, ambos asistidos por Ginóbili, los Spurs tomaron la delantera por primera vez (27-25), pero el cuarto lo cerró mejor la visita merced al dominio en el poste bajo y aprovechando dos fallos seguidos del dueño de casa: 27-29.
Con Smith en la conducción, el Thunder amagó con retomar el control, pero a esa altura del segundo capítulo, San Antonio ya no se mostró tan endeble, además, se le abrió el aro y comenzó a encontrar variantes. De la mano de Parker, junto a Green, los únicos titulares en cancha en ese lapso, el local pasó al frente y sacó cinco de ventaja (40-35).
Pero el problema, el gran inconveniente de los veinticuatro iniciales, fue la pintura de los Spurs, donde el Thunder se encargó de ganar cuando se lo propuso, al punto que capturó 14 rebotes ofensivos en el PT. Mientras la visita estableció un parcial de 11-0, San Antonio se quedó cuatro minutos y medio sin poder convertir, hasta que Ginóbili volvió al campo de juego para anotar sus primeros puntos de la tarde y cortar esa espantosa sequía (42-46).
Oklahoma City se fue al descanso largo imponiendo ritmo, ganando rebotes y lastimando con un Westbrook muy díficil de controlar (15). San Antonio sin jugar bien, con muchos problemas defensivos, y un ataque que por momentos quedó encerrado en la tela araña de su rival, quedó apenas tres puntos abajo: 47-50.
La mayor parte del tercer capítulo fue patrimonio excluyente de la visita. De hecho, los dirigidos por Scott Brooks fueron ampliando la brecha con el goleo de Westbrook, y los tiros abiertos que tomaban Ibaka y Roberson, algunos sin oposición. Ese pasaje fue un auténtico sufrimiento para un San Antonio que esta vez se quedó sin gol durante tres minutos.
Oklahoma City llegó a sacar once (60-71) cuando restaban 4m39s, y lo hizo a través de un triple de Ibaka tras recibir de Westbrook. Una vez más se encendió Manu, pase a Bonner y adentro, asistencia a Splitter y adentro... y de ahí en más San Antonio fue un aluvión, generó la reacción esperada, cerró su pintura (en 3m41s apenas recibió dos puntos), y con el bahiense como protagonista quedó a uno (75-76).
La última jugada del cuarto fue alucinante, con nueve segundos en la posesión, el pick and roll de Ginóbili y Splitter funcionó a pleno, el argentino penetró y descargó, y el brasileño anotó en reversa bajo el cesto. En la reposición Belinelli bloqueó el tiro agónico de Morrow, y San Antonio ingresó al segmento final en ganador: 77-76.
Con Westbrook en el banco, fue Ibaka quien recuperó la ventaja para OKC en el amanecer del cuarto período (79-82), pero San Antonio respondió de manera inmediata. Los de Pop metieron presión en la primera línea, lastimaron con una volcada de Bonner en transición y con un triple de Belinelli para escaparse por cinco (91-86) restando 7m20s.
Sin embargo, las complicaciones estaban por venir para el dueño de casa, porque no pudo sostenerse, padeció una nueva sequía, y tuvo muchos problemas con el traslado. En el Thunder emergió Adams en el poste bajo, Westbrook sumó cuatro puntos con penetraciones, en tanto Morrow lastimó con un triple para revertir el marcador y pasar a dominar cuando aún quedaban 3m13s (93-102).
Otra vez a remar de atrás para los Spurs, que se pusieron en juego con dos acciones de Manu, la primera asistiendo a Splitter y la segunda anotando de tres (98-102), pero el gran error fue descuidar el perímetro en la siguiente acción, permitiendo que Morrow vuelva a lastimar de tres. De ahí hasta el final, San Antonio chocó con la defensa rival y con sus propias decisiones, mientras Oklahoma City terminó asegurando el triunfo desde la línea.
En su partido número 1000 en la NBA, Manu Ginóbili fue una de las figuras de la cancha. El bahiense sumó 11 puntos (2/2 dobles, 1/3 triples y 4/4 libres), 7 rebotes, 13 asistencias, 1 recupero, 5 pérdidas y 4 faltas en 24m43s.
En Oklahoma City se destacaron Russell Westbrook (34 puntos y 11 asistencias) y Serge Ibaka (21 puntos y 9 rebotes), ambos claves en el triunfo del conjunto dirigido por Scott Brooks.
Roberto Martín
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