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ACB 2016/17

El salmón naranja: Valencia y su triunfo contra la corriente

12:17 18/06/2017 | El equipo de Pedro Martínez se consagró en España con un equipo muy diferente a las tendencias actuales del básquet. ¿Cómo lo logró?

Valencia desafió las tendencias del básquet actual

Si pusiéramos a correr 100 metros a todos los jugadores que formaron parte de los playoffs ACB, probablemente ningún jugador del Valencia terminaría entre los primeros lugares. Es más, seguramente varios de ellos acabarían más cerca de los útlimos puestos. Si organizáramos un torneo de triples, Rafa Martínez sería el único taronja con pretensiones serias de ser competitivo. Si pensamos en goleadores puros y en desequilibrio individual, hay muchísimos nombres dentro del baloncesto español que se nos vendrían antes a la cabeza que los integrantes del plantel conducido por Pedro Martínez. Y sin embargo, con todo esto en contra, el Valencia dominó al todopoderoso Madrid en una serie que tranquilamente pudo haber barrido y se quedó con su primer campeonato en la liga doméstica.

El Valencia es una clara demostración que si bien en el baloncesto actual hay tendencias, formas nuevas de entender el deporte y de valorizar virtudes y defectos, la esencia del juego sigue siendo la misma. Y pocos conjuntos en esta temporada 2016/17 la llevaron a cabo de una manera más pura y natural que el nuevo campeón español. Ni las diferencias de presupuesto con sus rivales, ni las superestrellas que tuvieron en frente, ni las fuertes localías en las que se impusieron, lograron amedrentarlos. Nadie en la ACB jugó como ellos y eso, al final, terminó valiendo más que cualquier otro factor.

En un básquet donde la capacidad atlética parece tener cada vez más relevancia, el Valencia poco menos que descarta esa característica en sus jugadores principales. En un básquet donde todo parece girar alrededor de la capacidad de abrir la defensa contrario con el tiro de tres, el Valencia tuvo apenas a dos jugadores que promediaron al menos un triple por juego (Martínez con un 49% de aciertos y Diot con un 33%). En un básquet donde se buscan pivotes ágiles, versátiles y definidores, los de Martínez apostaron por Bojan Dubljevic, un montenegrino que más allá de poder encestar algún triple ocasional, no deja de encontrar sus mejores pasajes dominando con potencia y recursos en el poste bajo. ¿Puede Dubljevic cambiar en los pick and rolls y mantenerle el ritmo a un base o volar con alguna volcada en transición? No, para nada. Pero lo que sí puede hacer es jugar demasiado bien a este deporte. Conseguir puntos fáciles, hacerse cargo de las pelotas más pesadas, encontrar a sus compañeros abiertos. Y por eso, fue el más valioso de la definición.

Este mismo análisis le cabe a la mayoría de los jugadores del Valencia. No hubo show, no  hubo posibles drafteados NBA: hubo básquet. ¿Qué es lo que sí tuvo este equipo? Por empezar, muchísima disciplina táctica y respeto a la conducción de un gran DT como Pedro Martínez. Hubo paciencia y un seguimiento estricto a cada plan de juego. Hubo inteligencia para saber por dónde se podía desequilibrar ante cada rival. Hubo profundidad y respuestas desde el banco. Hubo talento, por supuesto, pero siempre en beneficio del equipo. Hubo un enorme sacrificio defensivo y un total desprendimiento en ataque, para mover el balón y llegar al mejor tiro posible. Básquet, nada menos que eso.

Con todo eso, el Valencia dominó a varios de los clubes más potentes de Europa y terminó con el máximo honor posible dentro de los torneos domésticas de la FIBA. ¿Será un campeón admirado y que pasará a la historia? Imposible saberlo a esta altura. Lo único que podemos asegurar, es que nadie se lo mereció más que elllos.

 

Juan Estévez / [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @JuanEstevez90
 

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