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El primer paso: la historia de los extranjeros originales de la NBA

10:47 26/11/2018 | Conocé a los pioneros en términos del aporte foráneo en la liga más importante del mundo: Biasatti, Baker, Sovran, Frey, Hoefer y Beenders.

Biasatti, Baker, Sovran, Frey, Hoefer y Beenders.

Lejos del centenar de extranjeros que hoy forman parte de los diferentes planteles NBA, la liga estadounidense arrancó con apenas seis jugadores nacidos fuera de Estados Unidos, en lo que fue la temporada 1946/1947 (por entonces la competencia se llamaba BAA). ¿Quiénes fueron estos pioneros? Los conocemos a continuación.

Quien oficialmente es considerado el primer extranjero de la historia de la NBA es el italiano Hank Biasatti, un base de 1,80, nacido en la diminuta Beano, de la Provincia de Udine. Biasatti se mudó a Canadá a una temprana edad y luego de formar parte de su ejército durante la Segunda Guerra Mundial, se transformó en una estrella de dos deportes (básquet y béisbol) a nivel colegial. Tras no tener demasiada suerte con el bate, en 1946 acudió al campus de entrenamiento de los Toronto Huskies, único equipo canadiense que tendría aquella primera campaña de la BAA. Cinco jóvenes locales se presentaron junto al italiano, pero el base fue el único que terminó recibiendo una invitación para quedarse. Allí disputó seis partidos, promediando apenas un punto, antes de ser cortado en diciembre de aquel 1946. ¿La razón? Le comunicó a la directiva que quería volver a probar suerte con el béisbol, donde llegaría a tener un breve paso por la MLB.

Otro de los extranjeros de Toronto durante aquella 1946/1947, curiosamente también disputaría apenas seis partidos: el canadiense Gino Sovran, un perimetral de 1,88 de estatura que fue firmado dos semanas después de haber comenzado la campaña. Sovran, quien además fue compañero de Biasatti en el Assumption College, promedió 1,8 tantos y fue cortado el 29 de diciembre de 1946, para ya no volver a tener otra oportunidad en la BAA o NBA. Gracias a su destacada carrera colegial y a pesar de no haber logrado dejar una marca mayor en el profesionalismo, ingresó al Salón de la Fama canadiense en el 2002.

El otro canadiense de aquella temporada inaugural fue Norm Baker, un base de 1,83 que jugó cuatro partidos para los Chicago Stags, sin anotar puntos. El oriundo de Victoria traía excelentes antecedentes durante su carrera juvenil y recibió una oferta para jugar con los Huskies. Sin embargo, terminó tomando la decisión de unirse a los Stags, con un contrato de 4800 dólares. Allí duró muy poco, pero rápidamente encontraría lugar en otras ligas norteamericanas y hasta formaría parte de diferentes equipos que realizaron giras nacionales con los Harlem Globetrotters. Baker ingresó al Salón de la Fama canadiense en 1979 y fue elegido por la prensa de su país como el mejor basquetbolista local de la primera mitad del Siglo XX.

Ya con otro tipo de protagonismo apareció el alemán Frido Frey, un alero de 1,88 formado desde joven en los Estados Unidos. Tras destacarse en la Universidad de Long Island, Frey se unió a los poderosos New York Knicks para la 1946/1947, disputando allí 23 partidos y promediando 3,8 puntos en la fase regular y 2 unidades en 5 encuentros durante los playoffs. El germano no tendría más chances futuras en la BAA y siguió su carrera en ligas menores de Norteamérica.

Además de Biasatti y Sovran, los Huskies tuvieron a un tercer foráneo: el también alemán Charlie Hoefer, base de 1,75 de estatura. Hoefer disputó los primeros 23 partidos de la temporada en Toronto, promediando 6,1 puntos, antes de ser traspasado a Boston por Red Wallace. En los Celtics tendría números similares: 6 puntos de media en 35 juegos. A diferencia de los otros jugadores mencionados previamente, el alemán volvería a la BAA para la 1947/1948: jugó 7 partidos con los Celtics, pero apenas promedió 1,4 puntos y fue cortado.

Por último, llega quien sin dudas tuvo la mayor trascendencia de los seis extranjeros originales de la NBA: el holandés Hank Beenders, un pivote de casi 2 metros de altura, que al igual que varios otros protagonistas de aquella época, inició su carrera luego de participar en la Segunda Guerra Mundial. De hecho, su primera temporada en la BAA la jugó a los 30 años de edad, siendo clave para Providence: promedió 12,3 puntos, siendo el segundo máximo anotador de los Steamrollers. Luego dividió la 1947/1948 entre Providence (6,8 puntos) y Philadelphia (2,5 puntos), mientras que disputó la 1948/1949 con Boston (2,4 puntos).

 

Juan Estévez / [email protected]
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