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¿Quién dice que en el pasado no se anotaba como en la actualidad? ¿El ritmo era más lento? No en los 60, y mucho menos en la temporada 1961/62 de la NBA, en donde la lucha fue feroz. Durante aquella campaña el nivel individual de algunos jugadores fue tal que la pelea por el MVP fue increíble y ajustada hasta el último segundo.  

Bill Russell, WIlt Chamberlain y Oscar Robertson integraron el podio de los tres primeros. Un poco más abajo estuvieron Elgin Baylor, Jerry West y Bob Pettit. ¿El asombroso dato que los unía más allá de la carrera por ser el mejor de la temporada? Todos, salvo el de Celtics, promediaron al menos 30 puntos por partido. Una verdadera locura.  

Poco de eso le importó a Bill Russell, quien fue el MVP y también uno de los campeones de Boston Celtics en la 1961/62. La final se dio ante Los Angeles Lakers y los verdes derrotaron a los californianos en el séptimo partido. Pero ese no fue el único hecho quimérico de la campaña. En aquella época Wilt promedió 50.4 puntos y 25.7 rebotes y marcó el record anotador de la liga en un solo partido tras convertir 100 puntos ante New York Knicks el 2 de marzo de 1962, mientras que Oscar Robertson se convirtió en el primer jugador de la historia en promediar un triple doble en una temporada entera (30.8 puntos, 11.4 asistencias y 12.5 rebotes). 

Elgin Baylor no se quedó atrás y también tuvo unos inverosímiles números: 38.3 puntos y 18.6 rebotes por juego. Su compañero de equipo, Jerry West, tampoco se quedó atrás y finalizó la campaña con promedios de 30.8 puntos, 7.9 rebotes y 5.4 asistencias. Lamentablemente, los californianos no lograron llevarse el anillo.  

Las huellas de todos estos monstruos de la naranja todavía se conservan y se recuerdan. Porque los hechos del pasado hay que mantenerlos vivos. Porque ellos se lo merecen. Presente y futuro, hasta el final de los tiempos.