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El Legado

El Legado: los mejores proyectos de la tremenda clase 2000

00:30 22/02/2018 | Seguimos con nuestra sección, repasando los mejores proyectos del básquet argentino. Hoy, aquellos nacidos en el 2000.

Caffaro, uno de los jugadores ilusionan en la 2000

Luego de repasar a los mejores prospectos de las categorías 1998 y 1999, ponemos el foco ahora en la talentosísima clase 2000, probablemente la que más ilusión genera en el ambiente del básquet argentino, no solo por un par de nombres propios relevantes, sino también por la profundidad de la misma.

Queda claro que a la hora de hablar de la categoría 2000, no podemos empezar por otro lado que no sea con Francsico Caffaro, quizá el mejor proyecto actual de la cantera nacional. Caffaro, quien ya ha alcanzado los 2,14 de estatura, es una máquina de progresar y cada vez que se lo observa jugando con la camiseta argentina algún torneo internacional, parece haber agregado algo nuevo a su juego. Como todo pivote joven, obviamente tiene mucho por mejorar, pero sus herramientas son poco usuales para nuestro básquet, no solo por su altura, sino también por su capacidad atlética, buen físico y hasta un interesante lanzamiento de 3 o 4 metros.

 

Caffaro lleva más de un año en la Academia NBA de Canberra, Australia, donde por ejemplo es compañero de Francisco Farabello, otra joyita de la 2000. El pivote no solo está en el radar de los scouts estadounidenses, debido a su participación en diferentes campus y competencias con las selecciones juveniles, sino que además ya ha tenido diferentes propuestas para continuar su carrera en la NCAA. De hecho, si bien todavía no hay nada concreto al respecto, todo indica que ese será el camino que terminará tomando el santafesino. 

Otro de los proyectazos que tiene la 2000 es Leandro Bolmaro, un escolta que supera los 2 metros y que también posee una capacidad atlética sensacional. A diferencia de Caffaro, su explosión en escena llegó hace menos tiempo, pero fue igual de explosiva: actualmente ya ve minutos en la Liga Nacional con Bahía Basket, participó del reciente Basketball Without Borders de la NBA en Los Angeles y es seguido de cerca por los diferentes reclutadores extranjeros. Lo interesante de Bolmaro no pasa solamente por lo físico, sino que a eso le agrega muchas condiciones técnicas, que lo vuelven un talento especial: puede subir la bola como base, crear por su cuenta y tiene muy buena mano para el lanzamiento perimetral. Hoy, es realmente difícil encontrar huecos en su juego, más allá del desarrollo lógico que precisa en todos los aspectos.

Antes mencionamos a Francisco Farabello y el base santafesino es otro de los grandes valores de la 2000. Más allá de no tener un desequilibrio anotador tan determinante, se trata de un organizador de juego clásico, con muchos recursos e inteligencia para conducir una ofensiva. Además tiene buenas condiciones físicas (1,90), velocidad y es quizá, el mejor defensor de toda la cantera nacional. Farabello tiene una madurez en su juego notable desde que tenía 15 años y sin el techo de los Bolmaro o Caffaro, tiene un presente magnífico.

 

La 2000 tiene otros muy buenos bases y uno de ellos es Juan Ignacio Marcos, actual jugador de Peñarol de Mar del Plata, donde ya tiene algunos minutos en la rotación desde sus 16 años. Marcos es la otra cara de Farabello: es eléctrico, anotador y muy picante para el aro, aunque todavía deba mejorar su conducción. Su potencial en ambos costados es notable y cuando de un salto también en lo físico, será un jugador para tener muy en cuenta.

¿Más bases de la 2000? Qué decir de Marco Giordano y su mano prodigiosa, que ya le permite haber tenido muy buenos momentos en esta temporada con Regatas Corrientes. O de Lucas Reyes, un talentoso anotador que actualmente se destaca en la LDD con Instituto de Córdoba. O también de Darío Skidelsky y su importante capacidad de pase.

Volviendo al juego interior, la 2000 no solo se trata de Caffaro. Christian Bihurriet es un 2,09 con mucha movilidad y agilidad, que actualmente está mostrando un buen desarrollo en las inferiores de San Lorenzo, promediando 5 puntos, 5 rebotes y 1 tapa en 24,4 minutos en la LDD. Y ni hablar de su compañero en el Ciclón, Juan Hierrezuelo, un ala pivote de 2,07 muy atlético, que aún debe progresar en términos de tiro externo y recursos ofensivos, pero que posee un potencial tremendo.

Siguiendo con los hombres grandes, Tomás Pereyra (Boca Juniors) es un 3-4 de 2 metros con chances de transformarse en un gran tirador a larga distancia; Ramiro Rattero (2,04) es de los altos más determinantes en la LDD jugando ahora para Estudiantes de Concordia, mientras que Martín Flores de Obras Basket, es otro chico de buena estatura (2,06) y con flashes interesantes en ataque.

Esto nos deja por repasar las posiciones externas, donde además de Bolmaro hay otros valores por seguir. Juan De La Fuente (1,94) de Quilmes, es un escolta con buen poder anotador, especialmente a la hora de atacar el aro con potencia; Federico Pedano (1,94) tiene un rendimiento superlativo en la LDD con Instituto (18,2 puntos, 4,5 rebotes y 2,9 asistencias); Fausto Ruesga (1,98) es un 3-4 con una energía y rendimiento en los tableros enorme; mientras que tampoco nos olvidamos de otros nombres como el de Julián Eydallín, Franco Smaniotti, Juan Cruz Marini o Aaron Pablo, solo por nombrar a algunos de un grupo repleto de talento.

 

Juan Estévez / [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @JuanEstevez90
 

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