NBA

Cuando Chris Paul anotó 61 puntos para honrar la muerte de su abuelo

08:35 18/02/2020 | El actual jugador de Oklahoma City Thunder vivió el momento más emotivo de su carrera cuando estaba en el secundario.

El abuelo de Chris Paul, su mayor fanático. Foto: ESPN.

Antes de la fama, de los contratos millonarios y de su carrera como base estrella de la NBA, Chris Paul era un adolescente enamorado del básquet que soñaba con todo eso mientras jugaba en el secundario West Forsyth de North Carolina. Vivió años grandiosos, en los que toda la familia iba a verlo hacer las cosas que ahora replican los medios. Por ese entonces, Paul era una joven estrella en ascenso que dominaba el juego a placer y se abría camino hacia el reconocimiento mundial. Sus actuaciones provocaron que la Universidad de Wake Forest le ofreciera una beca completa, que el base no tardó en aceptar. El 14 de noviembre de 2000, toda su familia presenció el momento en el que él firmaba los papeles para unirse a la institución. Fue una tarde soñada, de esas que jamás se olvidan. Pero el mundo se puede derrumbar en cualquier momento.Y eso fue exactamente lo que le sucedió a Paul: un día después, recibió la triste noticia de que un grupo de adolescentes había asesinado a su abuelo.

Nathaniel Jones era su mayor admirador, el que siempre estaba en la cancha para verlo y presumir del talento de Chris con los demás espectadores. Había trabajado durante toda su vida en una estación de servicio cercana a las instalaciones del secundario. Las jornadas de partido, siempre repetía la misma frase: “Hoy cerraré temprano porque tengo que ver a mi nieto.” De un momento para el otro, todo eso desapareció. Cuando su primo le contó lo sucedido, no lograba entenderlo.

Semejante pérdida casi lo lleva a dejar el básquet: “Todo el mundo debe morir, pero yo pensaba que mi abuelo era una de esas personas que jamás lo haría. Me preguntaba cómo saldría a la cancha sabiendo que él no iba a estar ahí y no encontraba respuestas.” Sin embargo, después de recibir un consejo de su tía, eligió utilizar el deporte como medio para honrar su figura. Y, entonces, Paul encaró el próximo partido con una única misión: anotar 61 puntos, uno por cada año de vida de su abuelo.

West Forsyth abrió la temporada apenas 48 horas después del trágico suceso. Aunque nadie más que la mujer que lo aconsejó sabía lo que aquel niño tenía en mente, el público entendió rápidamente que sobre ese parqué estaba en juego mucho más que un resultado deportivo. El pequeño base anotó 24 puntos solamente en el segundo cuarto y mantuvo ese ritmo durante todo el encuentro. “Sentía que, por más que pusieran a cualquiera a marcarme, no había manera de frenar mis ataques”, declaró el propio CP3 años más tarde.

Mientras él pensaba únicamente en acumular la cifra exacta, el rumor de lo que aquel muchacho intentaba a hacer se esparció por toda la grada y llegó a sus padres. “¿Cuántos puntos necesita?”, era la pregunta que se repetía alrededor de ellos. No sabían qué contestar. A falta de dos minutos para el cierre y con el partido liquidado a favor de su equipo, Paul llevaba 59 tantos. Penetró a canasto, marcó el doble y, al mismo tiempo, recibió la falta. En ese preciso instante, estaba a tan solo seis unidades del récord estatal de puntos en un juego. Poco le importaba: ya había cumplido su misión. Para sorpresa de muchos, falló el tiro libre y pidió el cambio. Apenas salió de la cancha, rompió en llanto resguardado en los brazos de su padre.

Con el tiempo, la NBA y los millones tocaron a su puerta. Han sido muchas las noches en las que Chris Paul ha brillado en el escenario más grande del deporte mundial. Pero, según él, ninguna se compara con aquella en la que honró a una de las personas que marcó su vida.

 

Leandro Carranza/[email protected]
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