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Conocé la particular historia de vida de Phillip Lockett

12:20 26/07/2018 | En una entrevista con Básquet Plus, el jugador de Obras habló de la relación con su padre, su nacimiento en Israel y su vida especial en Santiago del Estero.

Lockett junto a su padre y su hermano
Phillip Locket fue un histórico jugador de la Liga Nacional. Su mejor año lo tuvo en Olímpico en la temporada 1985/86. Todavía los hinchas del club bandeño lo recuerdan. Locket conoció a una mujer en esos años, con la que tuvo un hijo que se llamaría igual que él. Phillip Locket Junior nació en Israel mientras su padre jugaba allí en el Elitzur Netanya. Luego creció en Francia y cuando tenía 4 años se fue a vivir a La Banda. El pivote, al igual que su papá, es jugador de básquet (actualmente en Obras). En sus comienzos, Israel quiso nacionalizarlo para que participe de la selección de ese país, pero se negó porque tendría que haber hecho el servicio militar. Esta es la particular historia de Philip Locket Junior.
 
-Cuando eras chico, ¿sabías quién era tu papá?
Sí, sabía. Yo crecí en La Banda y ahí mi viejo es un referente. Los hinchas de Olímpico lo recuerdan mucho. Cuando era chico me preguntaban si era su hijo y cuando les decía que sí, me contaban historias de mi papá.
 
-Naciste en Israel, ¿recordas algo de esa etapa de tu vida?
Nací en Israel, pero no recuerdo nada. Mi padre había fichado por un club allá y mi mamá fue embarazada de mí. Al poco tiempo, nos mudamos a Francia hasta que yo cumplí tres años. Cuando volví a Argentina mi tía me contó que hablaba inglés, francés y español todo mezclado.
 
-¿Nunca volviste a Israel?, ¿te gustaría ir?
Me encantaría, siempre fue un anhelo para mí. Creo que en algún momento voy a ir porque en definitiva es donde nací.
 
-¿Es verdad que existió la posibilidad de que te nacionalices para jugar en la selección de Israel?
Sí, es verdad, estuve muy cerca de hacerlo pero al final no me convenció la propuesta. También tuvo que ver mi papá. Él me contó que tuvo un compañero que se nacionalizó y tuvo que hacer el servicio militar durante dos años. En Israel es obligatorio y yo también lo tendría que haber hecho porque cuando me lo ofrecieron tenía 18 años.
 
-¿Tu primer recuerdo dónde es?
Mi recuerdo más antiguo es en una cancha de básquet en Tucumán. Mi papá estaba jugando ahí y tenía alrededor de 4 años. También tengo una imagen mía viendo a mi padre en un partido en Pergamino.
 
- Tu papá se fue a vivir a Estados Unidos, ¿cuántos años tenías?
Mis padres se separaron en el 2000 y él se fue a vivir a Estados Unidos. Yo tenía 11 años cuando sucedió eso. Se fue por un tema económico. Tuvo propuestas para quedarse. Por ejemplo en Santiago del Estero le ofrecieron un puesto de trabajo en el estado, dentro del Ministerio de Deportes, pero no le gustaba.
 
-¿Cuándo arrancaste a jugar al básquet?
Siempre tuve un aro en mi casa, pero ir a jugar a un club no lo hice hasta los 14 años. Arranqué en Independiente de Santiago del Estero.
 
 
-Entonces tu papá nunca te llevo a jugar al básquet.
No, con él iba a hacer artes marciales. Mi padre hizo toda su vida, era muy bueno. El decía que lo ayudaba a jugar al básquet también, que le servía para saber usar el cuerpo. Hice karate hasta los 14 años. 
 
-¿Te comparaban con tu papá cuando arrancaste a jugar en Santiago del Estero?
Sí, todo el tiempo. Sobre todo con los tapones. Me contaron que el se caracterizaba por eso y yo también trato de hacerlo bastante.
 
-Cuando empezaste a jugar profesionalmente, ¿tu papá te dio algún consejo?
Me dijo que me divierta y que me lo tome con responsabilidad. Mi padre es una persona muy sabia y lo escucho bastante cuando opina sobre algún tema.
 
-¿A qué se dedica tu papá en la actualidad?
Trabaja en una empresa de transporte. Vive en Birmingham, Alabama. Cuando dejó de jugar al básquet estudió y se recibió de ingeniero mecánico. Es muy valorable que haya estudiado de grande. También fue seguridad en bastantes eventos. Fue trabajando de varias cosas.
 
-¿Cómo es hoy la relación con tu padre?
Es excelente. El año pasado fui para que conozca a su nieto. Yo fui papá y nunca lo había visto. Fue bastante emocionante.
 
-¿Puede haber una tercera generación de Lockett qué juegue al básquet?
Ojalá que sí. Está todo el día tirando a un arito que le compre en mi casa. Me encantaría que juegue al básquet. Mi papa le regaló una pelota y no la suelta.
 
Tomás Lamas / [email protected]
En Twitter: @basquetplus

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