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Jorge Canavesi fue designado este viernes al Salón de la Fama FIBA y el histórico entrenador del seleccionado argentino, campeón del Mundial de 1950, habló con Básquet Plus para reflejar sus primeras sensaciones tras el reconocimiento.

"Alguien me llamó y me transmitió que me habían incorporado al Salón de la Fama", cuenta Canavesi sobre cómo le llegó la noticia. "Me llamó Horacio Muratore, cuando me habían nominado y hubo que esperar por la designación. Es muy lindo. Muy lindo sobre todo para los nietos, porque nosotros ya estamos llenos de orgullo". 

"Uno a esta altura del partido se le va la vanidad para otro lado, entonces no tenía sentido estar pensando y especulando con esto. Es un orgullo que hay que sentirlo y valorarlo. Pero la humildad es una de las condiciones principales para que un ser humano tenga jerarquía. Yo prefiero pasar desapercibido y no andar haciendo bandera".

Sin embargo, con el título del Mundial y con su enorme trayectoria, Canavesi sabe que esa bandera ya está en lo más alto. "Por supuesto que fue un mérito grande el Mundial. Nosotros en Londres hicimos un partido muy par con los americanos y le dije a los dirigentes de la Confederación, que Argentina estaba en condiciones de competir. Entonces ellos hicieron la propuesta de organizar el primer campeonato mundial. Da la casualidad que lo juega Argentina y que podemos ganarlo. Fue un orgullo gigante".

"Yo trabajé mucho en el básquet argentino. Empecé como director técnico en Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque, de 1941 a 1944. Y después fui fundador del Instituto Nacional de Deportes, fui el primer rector. Estuve trabajando mucho en la educación física argentina. Teóricamente tengo una historia grande, pero claro, ya llevo 96 años y todavía puedo más, así que imaginate".

"Logramos cosas importantes para el deporte argentino. Fue significativo, trascendió mundialmente. Y quedamos nosotros pegados", agrega el DT, quien todavía no sabe si podrá estar en Suiza en la ceremonía de reconocimiento. "Vamos a ver si puedo ir, porque no puedo caminar. No sé si me aceptarán un viaje tan largo. Pero quedaré ahí en la historia. Creo que para Argentina esto es positivo. Siento orgullo de que en alguna medida, ayude a la imagen de mi país. Pero no hay que vanagloriarse de eso, porque no tiene sentido".