A menos de 24 horas de un golpe durísimo en lo profesional y lo personal, Javier Bianchelli habló con el corazón en la mano sobre su querido Quilmes. Analizó la serie contra Atenas y el 0-3 que decretó el descenso del equipo marplatense a la Liga Argentina, pero sobre todo habló de sentimientos.
- A lo largo de la serie intentaron diferentes opciones y diversos sistemas para frenar a Atenas, pero no se pudo. Imagino que ahora, luego de unas horas del Juego 3, habrá poco que reprocharse…
. Cuando el resultado es desfavorable, siempre hay cosas para reprocharse. Lo valorable es que siempre se probó, se intentó. Siempre tratamos de cambiar o de modificar situaciones. Por momentos se vio reflejado en la cancha y por momentos no, pero cuando pasa el tiempo y uno entregó todo, lo que queda es dolor. Siempre es más fácil con el diario del lunes decir que se podía haber hecho tal o cual cosa. Pero los jugadores estuvieron siempre dispuestos para tratar de dar vuelta la situación.
- ¿Dónde creés que se les termina de escapar esta serie contra Atenas?
. Anímicamente no pasábamos por un buen momento. Ante cualquier error propio o buena acción del rival, recibíamos un golpe y el equipo lo acusaba, lo sentía. Emocionalmente no pasó casi en toda la serie lo mismo, a excepción del Juego 1, en el que estuvimos en partido hasta los últimos tres minutos. Después fueron todas situaciones en las que pasamos por malos momentos y no nos pudimos recomponer. En lo anímico primero y en lo basquetbolístico después.
- Te llevó a la discusión con Moore; en la transmisión se lo vio haciendo gestos como si tuviera la mano caliente. ¿Esa situación detonó tu enojo o hubo algo más?
. No pasó nada más que eso. Realmente soy respetuoso de los jugadores y rivales por sobre todas las cosas. En ese momento consideré que no estaba siendo respetuoso con sus colegas; por más que fueran rivales, eran colegas y compañeros. Eso fue lo que me molestó, no me parecieron apropiados los gestos y cómo se manejó en esa situación tan complicada.
- Lo de la gente es para destacarlo en un párrafo aparte...
. Lo del verdadero hincha de Quilmes me llena de orgullo. Lo que tengo es admiración y no me deja de sorprender día a día, tiene una pasión que es verdadera y sincera. Quiere lo mejor para el club y está siempre presente. A lo largo de la historia hemos tenido altas y bajas, pero el verdadero hincha estuvo siempre y siempre va a estar. Es agradecimiento puro.
- ¿Les diste algún mensaje a los chicos en el vestuario o consideraste que no era el momento?
. Sí, hubo un mensaje. Pero son cosas muy íntimas y delicadas, por lo que prefiero que siempre queden dentro del vestuario.
- Teniendo en cuenta tu identificación con el club, estimo que todos los sentimientos inherentes a un descenso deben estar potenciados…
. Con el tiempo aprendí a correrme de esa situación para poder realizar mi trabajo de la mejor manera y con más frialdad, pero hay momentos en los cuales no se puede. Hace dos meses que vivo con una emoción permanente en el pecho y hay momentos puntuales en los que se puede abandonar esa sensación.
- ¿Tenés contrato para la próxima temporada?
. No, mi contrato terminó en esta temporada.
- ¿Te gustaría afrontar el desafío de estar al mando del camino del ascenso o fue una temporada muy desgastante?
. Realmente no pasaron ni 24 horas del dolor más grande de mi carrera. Ahora lo único que quiero es sufrir lo que tenga que sufrir y empezar a curar de a poco mi herida personal. Después se pensará en lo profesional, ahora no puede enfocarme en otra cosa.
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