1988: la Unión Soviética y un viaje histórico de Atlanta Hawks
08:54 05/06/2020 | Lo hizo a través de Atlanta Hawks, que hizo una gira de 2 semanas por la URSS como parte del plan de expansión de la NBA en época de Gorbachov.
El 25 de julio de 1988, Atlanta Hawks se convirtió en el primer equipo en la historia en jugar un partido en la Unión Soviética. Todavía no había caído el Muro de Berlín, la NBA ya había empezado su estrategia de globalización a partir de la visión de David Stern y los extranjeros, tímidamente, comenzaban a arribar a la Liga. Sports Illustrated recordó este maravilloso viaje.
El partido se jugó en Tbilisi, capital de Georgia, pero no la Georgia donde estaba radicado Atlanta, sino la que hoy es la República de Georgia, parte importante de la URSS. El dueño de los Hawks era Ted Turner, y la idea de aterrizar en la URSS le pareció magnífica. Era tan visionario como Stern, su socio en este emprendimiento.
Hay que hacer aquí un enfoque de la situación de ese momento. Tras décadas de Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, había arribado a la presidencia del partido comunista y de la URSS el revolucionario Mikhail Gorbachov, con su perestroika y glasnost (apertura y transparencia), que finalmente se lo llevaría puesto a él mismo en 1991, pero no importa. Gorbachov fue el artífice de la caída del Muro y de la libertad del Este.
Gorbachov y Turner tenían una buena relación a partir de la buena llegada que el soviético había alcanzado desde la CNN, también propiedad de Turner. Turner había sido el creador de los Juegos de la Buena Voluntad en 1986, como respuesta a los boicots que en 1980 habían dejado afuera de los Juegos de Moscú a Estados Unidos y en Los Ángeles 84 afuera a la URSS.
Antes del primer partido, los dos planteles volaron juntos desde Moscú hasta Sukhumi, un sitio que era un supuesto centro de entrenamiento olímpico a orillas del Mar Negro. El tour incluiría 3 partidos. El primero en Tbilisi, el segundo en Vilnius, capital de Lituania y el tercero en Moscú.
Los Hawks pensaron que los vuelos serían charters, pero no solamente no lo fueron, sino que además de gente común, viajaban animales vivos y no tenía ningún tipo de servicio a bordo. Pero eso no era lo peor. Cuando arribaron a Sukhumi, en el trayecto en bus hasta el alojamiento, estuvieron demorados un buen tiempo por haber ganado obstaculizando la ruta. Al llegar al "hotel", descubrieron que había estado cerrado por años. "Fue algo que se olvidaron decirnos", recuerda Mike Fratello, entrenador de Atlanta y privilegiado actor de la odisea.
El problema era que no solamente habían ido los jugadores, sino sus familias en muchos casos, algunos con folletos de buceo, paseos en caballo y demás. "Yo intenté explicarles al tipo de lugar que irían, porque no tenían ni idea", dice Alexander Volkov, ucraniano, jugador de la URSS y que sería miembro de los Hawks desde 1989. El sitio no tenía aire acondicionado, siendo que hacía un calor infernal, ni agua caliente, ni comida suficiente, abundaba en mosquitos y, encima, estaba en un sitio de conflicto étnico.
A esta altura, los jugadores de Atlanta se tomaron el viaje como una aventura, unidos a los soviéticos, con los que convivían. Sarunas Marciulionis tocaba la guitarra, Doc Rivers animaba, el locutor/periodista Steve Holman bebía vodkas calientes y así transcurrían las noches. Claro que no todos se lo tomaban de la misma manera. Uno de ellos era Kevin Willis. Otro, Dominique Wilkins.
Parte importante del viaje fue Kim Bohuny, que había trabajado en los Goodwill Games y ahora es vicepresidente en la NBA de relaciones internacionales. Bohuny reconoce que el objetivo final del viaje para la NBA era lograr que los excelentes jugadores que había en el Este fueran a la NBA, algo que empezó a ocurrir al año siguiente. De hecho, los Hawks fueron a este viaje con la idea de fichar a Volkov y Marciulionis. Al primero lo consiguieron, mientras que Sarunas se fue a Golden State. Los Hawks también habían querido llevarse a Arvydas Sabonis, eligiéndolo en el draft de 1985, pero la NBA anuló el pick por tenes Sabonis menos de 21 años, y en 1986 se lo llevó Portland en la primera ronda.
Para los jugadores soviéticos, todo esto era un sueño. Ya habían estado algunos en un campamento de los Hawks en 1987, pero tenerlos en la URSS y vivir con ellos, además de jugar, nunca habían pensado que se concretaría. "Cuando Alexander Gomelsky nos dijo que vendría Atlanta Hawks nos reímos. No pensábamos que pudiera concretarse, pero pasó el tiempo y ahí estaban. No podíamos creerlo", dice Volkov.
La cuestión es que de Sukhumi viajaron a Tbilisi, donde todo mejoró. El hotel era bueno, el estadio también y 10.000 personas vieron la apretada victoria de los Hawks 85-84 el 25 de julio. El segundo partido, en Vilnius, con Zydrunas Ilgauskas como joven espectador, fue también victoria de Atlanta 110-105 en suplementario.
La tercera y última para fue Moscú. Mike Fratello, que solía llevar a sus jugadores a restaurantes italianos, preparó él mismo spaghettis para los dos planteles en abundantes raciones. El atracón hizo efecto y la Unión Soviética logró el milagro en el último partido, venciendo 132-123 a los Hawks, en el único de los tres partidos que fue transmitido a Estados Unidos por televisión.
"Fueron dos semanas increíbles -dice Marciulionis. Nosotros no sabíamos y ellos tampoco lo importantes que fueron para abrirle el camino de la NBA a los europeos". La historia tomó una velocidad impresionante desde allí: URSS ganó el oro olímpico en Seúl '88, Volkov y Marciulionis se fueron a la NBA en 1989 y ese mismo año FIBA habilitó a los NBA a jugar en sus torneos. Hoy, los extranjeros son moneda corriente en la mejor liga del mundo y los NBA engalanan Juegos Olímpicos y Mundiales. Pero todo empezó en ese loco viaje de Atlanta en 1988.