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Llegó y fue campeón. Así fue el comienzo de la relación entre San Antonio Spurs y Manu Ginóbili. El argentino llegó desde el básquet italiano y se fue ganando un lugar en la rotación de Popovich. Culminó la temporada regular, en la que San Antonio fue el número 1 de la Conferencia Oeste, con 7,6 puntos, 2 asistencias, 1,4 robos y 20,7 minutos de juego de promedio en los 69 encuentros de la fase regular que disputó.

Ya en los playoffs, los Spurs se impusieron en la Primera Ronda a los Phoenix Suns por 4 a 2. En las semifinales de la Conferencia, enfrentaron a los poderosos Lakers, pero también se impusieron 4-2. En la final del Oeste, en su camino se cruzaron sus vecinos de Texas, los Dallas Mavericks. Al equipo de Nowitzki, lo derrotaron por 4 a 2 y así llegaron a las finales de la NBA, donde enfrentaron a New Jersey Nets de Jason Kidd.

La serie definitoria estaba empatada a 2 juegos por lado, pero la jerarquía del roster de San Antonio inclinó la balanza: se impusieron en el quinto juego, en New Jersey, por 93 a 83 y definieron la final en casa. En el 6 partido, se coronaron campeones con la victoria por 88 a 77.

Manu se coronó en la temporada final de una leyenda como David Robinson, y fue el inicio del glorioso trío que conformó con Tim Duncan –MVP de las finales del 2003– y Tony Parker. Ginóbili disputó 24 encuentros aquella postemporada y sus números fueron los siguientes: 9,4 tantos, 2,9 asistencias, 1,7 robos en 27,5 minutos en cancha. Su soñado inicio en la NBA, fue acorde al resto de su carrera en la liga y la selección argentina. Repleteo de gloria y ejemplo de profesionalismo.