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Argentina tuvo sin dudas su mejor partido hasta ahora frente a República Checa. El equipo de Pablo Prigioni logró comenzar a mostrar algunas ideas claras de lo que pretende el entrenador, claro que metiendo la bola todo fue mejor en el trabajo albiceleste.

Los 20 triples sobre 41 intentos hablan por si solos en el triunfo por 101 a 87 en Brno. Pero lo clave a analizar es que las conversiones se dieron en su mayoría luego de buenas ocupaciones de espacios y el juego de pases que tanto caracteriza al gen albiceleste. En total fueron 27 asistencias para 29 conversiones totales.

En este caso, ante la falta de pivotes que sean anotadores, la premisa del juego es no ocupar la pintura y que sea una zona de paso, pero si tener tiradores preparados para lanzar desde las esquinas. Se vio tanto con los anotadores habituales como Lucio Redivo o Pato Garino como con Tomás Chapero y Juan Fernández, que esta vez no se anotó tanto en el marcador pero si fue incisivo para penetrar y en las descargas.

Además, desde el comienzo Prigioni apostó por la doble base de Facu Campazzo-Luca Vildoza, con Nico Brussino de alero y el poste bajo con Fernández y Fran Cáffaro. Esto le permitió al jugador de Gran Canaria destaparse y evitar el juego físico que se propone en la pintura. Terminó con 27 puntos, con 7/10 en triples y 4 asistencias en ofensiva, además de 5 rebotes y 5 recuperos en defensa.

A su vez, los cinco anotadores en doble dígito permiten encontrar goleo en varias manos y no depender tanto de la presencia allí de un Facundo Campazzo que claramente es el líder y figura de este plantel de cara al Prerepechaje. Será importante que sus laderos Brussino y Vildoza tomen la responsabilidad y los puntos que se sabe que tienen capacidad de anotar.

A trabajar será la defensa del rebote ofensivo, dado que le tomaron 11, y de la pintura, con República Checa anotando 38 puntos allí y lastimando desde el pick and roll.