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Incluso antes de que Shaquille O'Neal ingresara a la NBA, ya había mucha atención en la sensación universitaria. De hecho, cuando O'Neal jugaba en la universidad, Larry Bird dijo en una entrevista que un revolucionario pivote en LSU iba a cambiar por completo la NBA en una época donde Shaq aún no era tan conocido por toda la audiencia NBA.

Unos años más tarde luego de ser el primer pick del Draft 1992, O'Neal esencialmente había conquistado la NBA siendo un jugador literalmente imposible de frenar. Su combinación de velocidad, tamaño y fuerza lo convirtió en un enfrentamiento imposible para cualquier oponente. Con una habilidad para correr en transición como ningún otro pivote en la historia de la NBA, O'Neal puso a la liga sobre aviso.

A pesar de eso, hubo un momento que O'Neal recordó como el primero en el que realmente tuvo miedo en la NBA. Al crecer con una familia muy rigurosa en su educación, no había mucho que dejara a O'Neal shockeado. Aún así, cuando jugó en el viejo estadio de Chicago y el locutor presentó a Michael Jordan, Shaq contó que necesitó un segundo para recomponerse.

"El recuerdo más loco de novato fue la primera vez que sentí miedo", dijo O'Neal. "Imaginen lo que sucede. Estás saliendo dentro del estadio de Chicago, esto fue cuando la tecnología no estaba realmente en muchos estadios, pero se oscurece, luego ves el espectáculo de luces láser. Escuchás esa reconocida voz gritar el nombre de Michael Jordan mientras aparece bajo un haz de luz. Estoy como, 'Ahí está él. Ahí está Dios'", explicó Shaq para la NBA. Shaq creció viendo a Jordan convertirse en uno de los mejores de la historia, y en su última etapa como jugador de Chicago, pudo ver muy de cereca todo su estatus endiosado en los Bulls.