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“Scarface” es una película estadounidense estrenada en 1983 y es una remake de un film legendario de 1932. Al Pacino tomó la idea y le dio otra vuelta de tuerca e hizo un documento tan atrapante como sanguinario y sin escrúpulos, basado en la vida de Tony Montana. Shaquille O’Neal fue un tipo que nunca estuvo vinculado a los lugares comunes, es una persona histriónica que siempre fue por más y en materia de negocios, generalmente está a la vanguardia.

En estos tiempos se habla mucho de los amigos de LeBron James, a quien el Rey los convirtió en socios comerciales de sus proyectos y se apoya en ellos para compartir y administrar su fortuna. Esta situación de LeBron, la amistad y los negocios, puede venir de la inspiración que le dio Shaq sobre estas cuestiones, cuando el pivote hizo lo mismo, nada más que su disparador fue una película de violencia y gangsters.

“Esto va a sonar un poco tonto, pero tuve la idea de involucrar a mis amigos después de ver Scarface en la universidad. Tony Montana tenía ese gran globo aeroestático en el que estaba escrito la frase ‘el mundo es tuyo’, recordó O’Neal. Luego agregó: “No puedes tener gente poniendo en peligro tu propio imperio, mi equipo nunca haría eso”.

La gente de Shaq tiene un tatuaje con las iniciales “TWISM” (the world is mine o el mundo es mío) y eso los hace una especie de fraternidad, donde no tiene lugar la deslealtad. La película se basa en eso, solamente que aquel que cometía un error, no es que era expulsado del negocio, sino que era asesinado a sangre fría y sin miramientos. En este caso, claro está, Shaquille no es tan radical en esas cuestiones, pero tuvo que aprender a discernir cuando la amistad rozaba la conveniencia.

“Ahora, lo admito, he dejado que algunos de mis muchachos me use de alguna manera para llegar adonde quieren ir en la vida”, contó en su libro “Shaqs Talks Back”, edición en la que también rememoró la advertencia que les hizo a sus amigos: “Cuando todo termine, se terminará sin otra razón y a otra cosa. Pero en el mientras tanto conocerán a algunas de las personas que yo conozco y tendrán grandes oportunidades en la vida. No considero a nadie de mi tripulación como parásitos, pero para cuando me retiré todos deberían tener una carrera hecha y aprovechado esta oportunidad”.

Shaq y sus amigos,  una historia de cómo dar una mano al círculo íntimo no solo con fiestas y despilfarre, sino con oportunidades para crecer basándose en la amistad y en la confianza.