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Ya parecen estériles cada uno de los intentos de Philadelphia por convencer a Simmons para que dé marcha atrás en su decisión y por consiguiente son infinitas las voces que se pronunciaron con respecto al culebrón del verano estadounidense.

A pesar de haberse reincorporado a la plantilla y haber entrenado con el equipo, la gota que rebalsó el vaso para Doc Rivers fue Simmons se rehuse a hacer ejercicios referidos a la unión de equipo. Eso no lo toleró el coach e inmediatamente mandó a Ben a su casa y a continuar con su futuro incierto, sin ser canjeado y sin hacer lo que más le gusta hacer en su vida, jugar al básquet.

Paul Pierce es uno de personajes que más conoce a Doc Rivers por haber sido pareja de entrenador y jugador en los Celtics mucho tiempo y además con la dicha de haber conseguido un campeonato, el último para la ciudad allá por el 2007.

A partir de esta relación, es que Pierce puede conocer un poco de la cuestión por el lado del coach y su conclusión fue: “Si Doc te saca de la práctica, es malo porque nunca he visto eso. Creo que lo vi hacerlo tal vez una vez, pero no te va a echar por nada. Realmente tienes que ser un idiota para que te eche, Doc es uno de los entrenadores más geniales".

Simmons continúa sumando voces en su contra en su cruzada por no jugar más en los Sixers, ni la comprensión de Rivers ni el pedido público de Embiid puede cambiar la situación directa al canje o nada en una guerra de poderes donde el jugador está dispuesto a todo, menos a ponerse la 25 de Philadelphia.