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La llegada de Nikola Jokic se produjo al mismo momento que la de Michael Malone a los Nuggets y desde entonces ambos convivieron en la plantilla con éxitos de menor a mayor. Llevar juntos a la franquicia a playoffs les costó tres años y en esas primeras tres temporadas, hubo momentos de zozobra con derrotas que se acumulaban, mientras no podían escaparle a la parte media/baja de la Conferencia Oeste.

En el primer lustro de Jokic en el equipo, la franquicia estaba en un momento de apuesta y un poco de reconstrucción, con el sueño de llegar a los playoffs. La temporada 2015/16 finalizó con marca de 33-49 y allí hubo una racha negativa que se podría alcanzar en la actualidad, habiendo perdido ocho partidos en fila en el mes de noviembre, justamente en el mismo momento donde se está dando la actual, de seis traspiés consecutivos.

Esa es la peor racha en la era Malone-Jokic, al mismo tiempo que para Denver jugar sin su as de espadas presupone algo complicado, pero desde lo numérico no significa que los Nuggets pierden siempre cuando no está el Serbio. Desde que llegó a la NBA, es decir en seis temporadas y un cuarto, Nikola se perdió sólo 25 partidos, donde Denver en este último tramo desequilibró la balanza para las derrotas. Con la ausencia del pivote nacido en Sombor , Denver lleva cuatro derrotas en fila y el registro es de diez triunfos y quince caídas cuando está de traje.

Las lesiones son el mal de este momento de Denver, pero la dependencia del MVP es aún más notoria, dada su mejoría defensiva. El serbio está mucho mejor en ese aspecto y mejoró la capacidad del equipo para defender, pero desde que no está esa situación quedó al desnudo y por ejemplo en los últimas cuatro presentaciones el promedio de puntos recibidos es de 119.75.

Solamente lo bien que lo venía haciendo previamente, no lo pone en las peores defensas de la liga, pero pasó de ser la segunda mejor hace una semana y un poco más, a ser la décimo quinta con media 107.9 y ahí sí se nota la falta de Nikola Jokic, no hay presencia en la pintura.

Confiar en la defensa, despejar la cabeza y salir a jugar con intensidad e hidalguía es lo que queda a Denver para pasar este mal tramo, mientras aguarda la recuperación de Jokic para acomodar las cosas y volver a competir en la dura Conferencia Oeste, sin que sea demasiado tarde.

Mauro Osores / [email protected]