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LeBron James llegó hace rato al lugar donde está más allá del bien y del mal. Haga lo que haga. El tema es que, su parte, la está haciendo maravillosamente bien a sus 38 años, promediando 29 puntos y siendo el arma clave, sin Anthony Davis, que justifica esta buena racha actual de 5 victorias seguidas. Anoche, justamente, LeBron tuvo una entrevista con Sam Amick, de The Athletic, donde dejó varias frases picantes, como el del título de esta nota, con el que LJ cerró la charla: "Todos ustedes saben qué carajos debería estar pasando. No necesito hablar".

"Yo juego. Me preocupa quién está en el vestuario, pero no es mi trabajo. No puedo hacer el trabajo de otros. Yo trabajo, y no tengo tiempo para otra cosa. Estamos jugando muchos partidos...hago mi trabajo. Es todo lo que puedo hacer. Y ellos (por la dirigencia), están haciendo lo que creen que es mejor para la franqucia".

En este párrafo se pueden leer varias interlíneas. Por un lado, que James está cansado de ocuparse de cosas que no tienen que ver con el juego, más allá de que en su momento fue eso de alguna manera lo que lo llevó a los Lakers. Arribó con condiciones de armar un equipo poderoso, le llevaron a Anthony Davis, y después, también con decisión de LeBron en parte, empezaron los errores: Westbrook básicamente, pero también Anthony, Howard, los picks entregados, los jugadores regalados, etc. 

Hoy la realidad del equipo es complicada. A un mes del día límite para trades (9 de febrero), las ideas van y vuelven casi con la misma velocidad. No queda tan claro que quieran sacarse de encima a Westbrook, salvo que no se pierdan picks de primera ronda futuras, ya que no quieren que un parche para esta temporada termine otra vez operando en contra del futuro cercano. Entonces algunos canjes que parecían potables (Westbrook + picks por Myles Turnes y Buddy Hield), dieron marcha atrás. 

Estando más cerca de la zona de playoffs, la idea dirigencial, un tanto perdida por cierto, parece ser esperar un poco a ver si se bancan lo que queda de temporada con este roster, si surje alguna oportunidad en el mercado y, si no, ya sin el contrato de Westbrook, hacer algo más importante en el receso. El tema es que lo que LeBron justamente no tiene es demasiado tiempo. Con 38 años, más allá del temporadón que está haciendo, cada temporada que pasa es una parte de su carrera que se termina. Hace unos días, tuiteó en caliente y luego se arrepintió y lo borró: “No puedo perderme los playoffs otra vez en mi carrera. Esta mierda duele”.

Puede jugar 4 años más quizá, pero su meta es salir campeón otra vez, y llevan perdidos 3 años quedando lejos, salvo que cuando vuelva AD pueda ocurrir un milagro. El Oeste está disperso y podría ser, pero LeBron no está para apuestas arriesgadas a esta altura.