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Jimmy Butler no tuvo una vida fácil, soportando momentos difíciles desde muy joven. Todas estas situaciones fortalecieron su carácter, convirtiéndole en el feroz competidor en el que se ha convertido con el paso de los años. Butler nunca ha huido de su historia, y durante una aparición en 'Knuckleheads', la superestrella de Miami Heat compartió cómo se convirtió en este competidor insaciable.

"En primer lugar, no voy a volver a Tomball", dijo Butler al hablar de lo que creó su ventaja competitiva. "Eso es lo que sigo viendo. No voy a volver a la vida que solía llevar. Esa mierda está fuera. Pero mi ventaja competitiva viene del hecho de que no me regalaron nada. Nada. Tuve que ir al Junior College, no tenía a dónde ir. Y entonces llegué a Marquette, y me dijeron: "No sos tan bueno para triunfar". Así que les dije: "Está bien, les mostraré". De ahí vengo. Yo no era tan bueno, así que sé lo que el trabajo puede conseguirte", contaba Jimmy.

Butler reveló que no creía que llegaría a profesional y que nunca se esforzó por convertirse en un jugador de élite hasta que algo le hizo un click. "Nunca trabajé tanto en mi juego cuando estaba en la universidad porque pensaba: 'No voy a ser profesional. Soy de Tomball, no soy un McDonald's All-American'. Tenía muchas dudas de mí mismo".

Esto cambió después de que la gente viera su potencial y le enseñara más sobre el juego. Un entrenador se hizo cargo de él y le dio más herramientas a Butler. Al final, llegó a una escuela más grande en Marquette, irónicamente la casa de Dwyane Wade (de quien sigue los pasos en Miami) y tuvo que seguir demostrando su valía. 

Luego llegó a la NBA, y fue la misma historia con Jimmy. Pasó de ser un jugador de mentalidad defensiva a una de las mejores estrellas también ofensivas de la liga y, después de muchos años, sigue alcanzando nuevas alturas en su juego de élite, que se eleva incluso más a la hora de los playoffs.