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La vida da muchas vueltas y en cada vuelta hay una historia. Todo podría relacionarse con todo y los círculos regresan con el paso del tiempo en numerosas ocasiones.

Así sucedió con Gregg Popovich y Michael Malone. La historia empieza lejos de Estados Unidos. Uno ayudó al otro y hoy se miran con la frente en alto en cada partido en el que San Antonio y Denver se enfrentan.

Todo empezó en un Basketball Without Border dirigido por la NBA… en Argentina. 2005 era el año y luego de numerosas botellas de vino Malone logró hacerse querer por el legendario exentrenador de Manu Ginóbili en los Spurs.

"Cuando lo conocí por primera vez, me pareció que estábamos en Argentina. Simplemente tuve un presentimiento sobre el tipo. Tenía un rápido conocimiento del juego, entendía a la gente y tenía un verdadero espíritu competitivo, ese tipo de cosas. La amistad fue creciendo", le contó Pop a The Denver Post recientemente.

Mike Brown, un antiguo asistente de Pop en San Antonio, consiguió un puesto en Cleveland y Gregg sembró el camino de Malone hacia la franquicia del estado de Ohio.

Mike, actual coach de Campazzo, se caracteriza por su gran calidad humana y guarda excelentes relaciones con muchos integrantes de los Cavaliers, especialmente con LeBron James, que salió campeón con la escuadra en 2016.

"Esos cinco años en Cleveland me permitieron ser visto bajo una luz diferente por el éxito que tuvimos”, contó Malone en el mismo medio. Pero una vez que James se fue a Miami, el de los Nuggets necesitó otro favor del legendario entrenador de los Spurs.

Gregg hizo lo suyo y lo ayudó a convertirse en asistente en Nueva Orleans, que estaba con Monty Williams al mando. "Una vez que te lanzás con alguien así, es satisfactorio seguir tratando de ayudar en todo lo que puedas. La gente hizo lo mismo conmigo a lo largo del camino, así que ¿por qué no devolver el favor a otras personas? Estoy encantado con su éxito. Sólo va a tener más", confesó Pop.

Finalmente, el 3 de junio de 2013 apareció la oportunidad de su vida: Sacramento le ofreció el puesto de entrenador en jefe del equipo. Mike por supuesto que aceptó e inmediatamente él y su papá, Brendan Malone, pasaron a los libros, siendo el segundo dúo de padre e hijo de la historia de la liga en dirigir en la NBA.

Lamentablemente las cosas no salieron de la mejor manera en California y el 15 de diciembre de 2014 fue despedido tras un pálido arranque de 11-13. Era su primera experiencia y todo fue un aprendizaje que luego se volcó de la mejor manera cuando los Nuggets lo contrataron un año después, el 15 de junio.

Malone hasta ahora se mantiene en Colorado, pero quizás nada hubiera sido posible sin la ayuda de Popovich. La vida es una cadena de favores y Gregg y Michael lo demuestran. Nadie se salva solo. Nadie. 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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