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Estados Unidos

Nikola Jokic, el jugador que todos desearían ser

09:03 12/12/2020 | Se forjó en la interminable fábrica de los Balcanes. Llegó como un don nadie a la NBA y hoy es una figura mundial. Su fascinante historia de vida.

Jokic en los Nuggets (Foto: Clutch Points)

Hefesto era el dios griego de la forja y el fuego, era bastante trabajador y también responsable. Estaba completamente enamorado de su esposa Afrodita y se esforzaba todos los días para que ella pueda ser feliz. Pero no todo era color de rosas y él era considerado extremadamente feo, tan feo que, al nacer, su propia madre lo tiró al suelo para ver su horrible condición. Fue por esto que desde pequeño tuvo las piernas deformes y debió usar un bastón para sostenerse. 

Quizás Nikola Jokic no sea tan feo, pero sí que tiene un físico particular, al menos para jugar al básquet. De no ser por su altura, cualquiera lo confundiría con un ser humano más. Sin embargo, el serbio nació con un talento especial para desequilibrar con la naranja en sus manos. No es el más rápido ni el más atlético, pero tiene un dominio total de lo que pasa a su alrededor gracias a su inteligencia y control de los fundamentos básicos del juego. 

Esta temporada Facundo Campazzo podrá competir junto a él y el básquet, seguramente, continúe sonriendo. Ambos juegan con esa alegre mueca que contagia multitudes y destruye herejes, enviciando el deporte, causando adicción. 

Excelente comienzo en los Balcanes 
Todo comenzó en KK Vojvodina Srbijagas, adonde aprendió a lanzar, a picar y a leer el partido como si fuera un base. Propio de la escuela balcánica, Nikola debió mejorar su juego de frente antes que el de espaldas y es gracias a ese detalle que hasta el día de hoy es capaz de subir el balón, correr la cancha y tomar un triple como si fuera un exterior. Paulatinamente sus prestaciones empezaron a aumentar y los grandes equipos del país comenzaron a preguntar por él.

Finalmente, en el 2012 firmó con KK Mega Basket, un conjunto de prestigio nacional e internacional, mundialmente conocido por su capacidad para producir jugadores. Desde el comienzo no la tuvo fácil y primero tuvo que ganarse sus minutos en las formativas. Luego, en el 2013 logró subir al plantel profesional y disputó cinco partidos en la Liga de Serbia, adonde promedió 1.8 puntos y 2.0 rebotes en 10.2 minutos. Un tiempo después, el cuerpo técnico comenzó a confiar en él y Jokic lo demostró en la cancha, anotando 11.4 tantos por juego en la 2013/14.

Un paso al frente
Para la temporada 2014/15 ya estaba listo para hacerse cargo del equipo y durante los 24 partidos que disputó esa campaña tuvo medias de 15.4 puntos, 9.3 rebotes y 3.5 asistencias que le permitieron ser elegido el jugador más valioso de la campaña regular de la Liga Adriática. Además, sus rendimientos ya empezaron a captar la atención de los reclutadores de la NBA y sus horas en Serbia estaban contadas con los dedos de sus manos. 

Luego de la eliminación de KK Mega Basket ante Partizan de Belgrado en las semifinales de la Liga de Serbia, Jokic llegó a un acuerdo para salir del conjunto e ir en busca de su sueño de jugar en la NBA. Las cartas estaban sobre la mesa y todos sabían que el talento de Nikola debía conocer nuevos rumbos para continuar creciendo. Fue así que se presentó al Draft del 2014, en donde Denver Nuggets lo seleccionó en el pick 41. 

Hora de cambiarlo todo 
A pesar de su fama fuera de la NBA, para la liga de Estados Unidos era todavía un desconocido, pero los de Colorado confiaron en él y tuvieron paciencia para desarrollarlo. Debió bajar de peso, comenzar a alimentarse mejor y a darle más atención al acondicionamiento físico, especialmente en el gimnasio. De a poco, su equipo lo empezó a notar y Nikola se sintió mucho más cómodo, ya que podía hacer cosas que en el pasado le costaban demasiado. Esto le permitió cerrar su primer año en el certamen con creces, finalizando tercero en la votación por el rookie del año y siendo elegido para integrar el primer equipo ideal de novatos.

Durante las próximas dos temporadas, Denver entendió el diamante en bruto que tenía en sus manos y fue puliéndolo a base de jugadores que se adapten a su juego para que él esté en su zona de confort. Lo roderaron con defensores como Harris y Millsap, y estableció una conexión especial con Murray. Además, Mike Malone modificó su sistema y concedió a sus dirigidos la oportunidad de jugar baho un ritmo más bajo, con Nikola desplegando su espectacular visión a partir de ofensivas con él en el eje. 

Gradualmente los de Colorado se fueron metiendo entre los mejores equipos de la NBA y en la 2018/19 finalmente lograron el pase a playoffs, en donde perdieron en las semifinales del Oeste ante Portland Trail Blazers en el séptimo partido (4-3). Luego llegaron en la burbuja 2019/20 a las finales de su conferencia, pero los Lakers fueron superiores y allí se terminó la ilusión. 

Lo mejor está por venir
Nikola no es un dios como Hefesto, tampoco es rengo ni posee una fealdad de la magnitud del griego, pero en el pasado muchos dudaron de él porque no tenía el característico cuerpo de un atleta de la NBA. Pese a todas las críticas que recibió (y sigue recibiendo), el serbio se encarga de responder en la cancha, con lujos, engaños y mucha, pero mucha diversión.

Porque el básquet es simpleza, reírse y disfrutar, sin presiones ni exigencias, tal y como lo hace Jokic, el jugador que todos desearían ser.  

 

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @nachomiranda14

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