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La temporada de Quimsa culminó con la nota más alta de todas y quedándose con el objetivo final. Anoche, en el quinto juego de la serie, logró su segundo título en la Liga Nacional al derrotar contundentemente a Boca en casa, con un marcador de 4-1 en la serie. Después de su derrota en el segundo juego, el equipo de Santiago ganó tres partidos consecutivos para asegurar el campeonato.

La racha de Quimsa durante los playoffs fue verdaderamente dominante. Gracias a su posición como el segundo mejor equipo de la fase regular, evitó jugar la ronda de Reclasificación, lo cual le dio una ventaja significativa, especialmente considerando la situación actual de Boca y cómo llegaron al cierre de la temporada. Este descanso resultó clave para su rotación y dominio sobre el rival en los playoffs.

En los cuartos de final, Quimsa tuvo dificultades para vencer a Regatas, que previamente había ganado en cinco juegos contra Platense. Aunque la serie contra Regatas fue barrida con un resultado final de 3-0, Quimsa mostró una mejora progresiva y mayor solidez en su ataque. Sin embargo, la diferencia total de puntos en la serie fue solo de +13 a favor del equipo campeón de la Liga. A pesar de la dificultad presentada por Regatas, Quimsa demostró su jerarquía al ganar los tres partidos y avanzar a las semifinales contra Gimnasia de Comodoro.

Fue en las semifinales cuando Quimsa mostró su faceta más poderosa, la cual mantuvo durante las Finales, donde se volvió casi imbatible. Frente a Gimnasia, el actual campeón del Súper 20, tercer clasificado y con el MVP Joanki Mencía, el equipo de Leandro Ramella no mostró ninguna piedad. El Juego 1 fue una victoria aplastante por 83-69. Tanto en ataque como en defensa, Quimsa se consolidó cada vez más en los playoffs. Luego ganó el segundo juego por 91-77 y cerró la serie en Comodoro con una victoria por 84-74. La diferencia total de puntos en esta serie fue de +37 a favor de Quimsa, un ritmo mucho más alto que en la serie contra Regatas, ilustrando así su mayor dominio.

Así llegaron a las Finales, donde Boca venía de disputar 11 partidos en comparación con los 6 del equipo santiagueño. Quimsa se benefició no solo del descanso, sino también de una rotación larga y altamente productiva que le permitió jugar a un ritmo inalcanzable para su rival. El primer juego en el estadio Ciudad fue una prueba clara de esto: el marcador final fue de 85-68, marcando lo que estaba por venir. Aunque Boca logró arrebatarle un partido en casa y romper su racha invicta, las tres victorias consecutivas mostraron el poder ofensivo del equipo, con dos triunfos en La Bombonerita donde Boca no lideró ni un minuto, y una victoria contundente de 77-51 sobre los Xeneizes en el último partido para consagrarse campeón de la Liga Nacional.