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El haber salido campeón con Toronto Raptors, uno de los mojones más grandes de los últimos tiempos en la NBA, no le hizo perder el hambre de ganar a Kyle que vio como se desmembró el equipo ganador y no se quedó quieto. Intentó dos años sacar a flote a Toronto, pero la reconstrucción salió a la luz de forma natural y por ende el fin de su estadía en Canadá.

La búsqueda de nuevos horizontes y proyectos listos o en posición de ganar, Lowry partió rumbo a Miami con la certeza y determinación que lo caracteriza a la hora de jugar. Por eso al enfrentar los micrófonos como jugador del Heat el armador explicó la razón por la cual se inclinó por venir a Florida: “Para mí son solo campeonatos o fracaso. Fue una situación que sentí que sentí que también comparten en Miami y tener un amigo cercano como Jimmy Butler fue un punto más. Acá se trata de ganar campeonatos, si no estás jugando para ello ¿Para qué lo haces?”

“En la agencia libre en lo único que pensé es ¿A dónde voy para convertirme en campeón? ¿A dónde voy a tener la oportunidad de ganar otro campeonato y volver a lo más alto?”, agregó sobre su situación cuando ya estaba decretada su salida de los Raptors.

Con 35 años Lowry aún tiene para dar a un equipo contendiente y Miami con su estilo de fiereza defensiva le encaja a la perfección. En la última temporada promedió 17.2 puntos, 5.4 rebotes y 7.3 asistencias por juego, un aporte para nada despreciable en la plantilla del Heat.