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Historias

Kyle Guy y su cuento de la fama efímera en la NCAA

22:30 08/04/2022 | Su nombre llegó a la meca del básquet por un partido, se hizo reconocido en todo el país, pero todo, todo, duró una noche.

Kyle Guy y la explosión con el título de Virginia (Foto: Getty)

El baloncesto amateur tiene su epicentro en el March Madness y el sumun es el Final Four. Aquellos jóvenes que son campeones y además figuras, logran un status de personalidad destacada nacional de la noche a la mañana. Para el básquet profesional, por caso la NBA, esa afirmación es literal y lo que hiciste en la NCAA tiene menor precio y todo debe ser probado en este nuevo mundo, no sólo lo basquetbolistico, sino también lo mental.

Kyle Guy fue la gran figura de Virginia Cavaliers en el título del 2019, jugó como nunca y fue el héroe en el partido por el título metiendo 24 puntos, aunque su gesta grande fue en la semifinal, convirtiendo tres tiros libres para ganar a falta de seis décimas de segundo y escribir el primer capítulo de su epopeya como héroe nacional. Su juego, su mentalidad lo pusieron a tope ese mes y aún con un año más por delante en la universidad, fue por más y puso su nombre a disposición del draft.

Su círculo íntimo le había dicho que había más posibilidades que no lo eligieran, a que sí en la lotería, pero él confiaba en sí mismo: "No tengo paracaídas, así es cómo soy. Voy por todas, siempre". Finalmente fue elegido entre los últimos picks, en el puesto 55 por los Sacramento Kings, sueño cumplido u objetivo alcanzado a medias.

Ser elegido en segunda ronda no te garantiza un solo dólar, todo se tiene que ganar en la cancha. "Estoy tan quebrado como antes, la gente piensa que te reclutan y listo 'eres rico'. Pero no, no tengo dinero", aseguró meses después de ser seleccionado y antes de la Summer League 2019.

Ser MVP de un Final Four de NCAA no te exime de probarte nuevamente si se quiere pasar al siguiente nivel. Por eso que Kyle Guy casi no tuvo tiempo de asimilar que ganó un campeonato nacional y al poco tiempo ya estaba entrenando fuerte para los campamentos previos al draft, porque todo bien con el premio en la final, ahora es otra página de la vida deportiva y debía escribirla con su mentalidad aguerrida más allá de las cualidades.

Y si se habla de fortaleza mental, nunca fue un camino de rosas el de Guy para alcanzar la cúspide en la NCAA. Su dedicación al trabajo estaba al ciento por ciento, pero la propia presión interna que se autogeneraba derivó en ataques de pánico recurrentes en su segundo año en Virginia. Sudor frío, escalofríos, sentir como se apretaba la garganta y dolor de cuerpo, fueron los síntomas en que los que Kyle reconocía a un ataque de pánico. “Sientes que solo quieres cerrar e irte, incluso si estás en un entorno cómodo, como sea tenía que alejarme de donde estaba en ese momento del ataque”, comentó.

La propensión de Guy a complacer a los demás exacerbó la situación. El básquet, quien solía se un cómplice para sacarlo de los problemas, era cada vez más una olla de presión y así fue que le recetaron una medicación para los ataques y por consejo de su prometida, Alexa Jenkis, decidió escribir sus pensamientos a modo de catarsis.

La situación empeoró cuando Virginia, el año anterior a ser campeones, siendo los números uno perdieron contra el cabeza de serie número 16 y con ello, el deseo de Guy de seguir intentando con el baloncesto se esfumó por completo. Al paso de los días y con la ayuda de su entrenador personal y amigo, Derek Grant, recuperó el amor por el juego, haciendi el ejercicio de escribir diariamente como fue su jornada y rescatar las cosas positivas a fin de poner fin a sus ataques de pánico, un trabajo de hormiga y constante para recobrar su salud mental.

Eso mejoró y el resto fue historia con el título incluido, pero todavía no ha podido dar el siguiente paso y ser un jugador cien por ciento NBA. Las dos temporadas en Sacramento fueron mucho de aprendizaje y poco de acción, apenas 34 juegos en las dos campañas y en esta 2021/22, Miami lo tomó por dos contratos de diez días con apenas 9.1 minutos y 3.7 puntos.

Kyle Guy sigue con el deseo intacto de trascender en su deporte, en lo suyo, la G-League es su medio en la actualidad, pero todavía sueña con ser un jugador consistente en la mejor liga del mundo. La fama de aquellas noches del Final Four ya están en el olimpo de sus recuerdos, para verlos y sonreír, pero no para pensar que aquel jugador era mejor que este, porque a decir verdad la NCAA te enseña a competir, pero tu validez como jugador contará a partir de que pertenezcas a una franquicia NBA.

Kyle Guy, ayer una estrella nacional, hoy un remador pugnando por un lugar en una jungla donde no solo se trata de competir, sino de sobrevivir a los miedos de dejar atrás los bellos recuerdos, aquellos que atascan y empantanan el presente.

Mauro Osores / [email protected]
En Twitter: @basquetplus

En Twitter: @osoresmauro

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