Iván Gramajo, en su punto justo
13:18 04/03/2021 | Dejó de ser la joven promesa para convertirse en un jugador maduro con estirpe ganadora en este Quimsa campeón del Súper 4. En Básquet Plus te contamos su historia.
La era de la madurez ha llegado a la vida de Iván Gramajo, ya quedó atrás aquella figura juvenil que asomó en Lanús para transformase hoy en una pieza importante de este Quimsa que lo acostumbró a jugar por cosas importantes y de élite.
“La verdad que muy contento por el momento aquí en Quimsa, siempre he querido estar en un equipo competitivo, donde pelee grande cosas y estoy agradecido por esto. Es lindo ser parte de estar en equipos ganadores”, expresó con certeza Iván sobre lo que significa poder ser parte de un equipo que pelea todos los frentes y a la vez, el tucumano es miembro importante de la rotación y gozando de mucha confianza de parte del entrenador Sebastián González.
Pero para llegar hasta Santiago del Estero y estos últimos hits con la Fusión, hay una historia atrás y un comienzo afincado en su Tafí Viejo natal con un guiño familiar como hilo de ruta. “Mi familia es muy basquetbolera, todos han jugado menos mi viejo que juega al fútbol. Arranqué a los 4 años yendo a ver a mi primo (Sebastián Orresta), mi mamá iba siempre a verlo y me metí en la cancha a querer jugar en medio del partido y desde ese día que empecé a jugar en Talleres de Tafí Viejo. En definitiva comencé gracias a mi mama y a Seba”, recordó.
Seba Orresta, el actual armador de Gimnasia de Comodoro, marcó los primeros pasos de Iván en su carrera con solo hecho de ser su primo mayor: “Mi primo siempre fue mi modelo a seguir, de chiquito siempre lo he seguido, quería ser como él, intentando copiar su manera de jugar, era mi referente. Es más uno de los momentos más lindo que viví en mi carrera fue haber compartido equipo con mi primo en la Liga, jugando para Ferro”.
Ezequiel Vallet, asistente en Ferro en la actualidad y en aquel momento coordinador de inferiores de Lanús, coincidió con Iván mientras estaba entrenando en una preselección U17. En el mismo unos chicos de Lanús jugaban un torneo 3x3 y allí el ex entrenador granate le echó el ojo e incidió para que sea reclutado por el granate con la coincidencia también de que sea primo de Seba Orresta, quien estaba ya instalado en Lanús desde hacía un par de años.
Gulliermo Vecchio fue quien confió rápidamente en ese alero flaquito recién llegado de Tucumán y de entrada le dio buenos minutos en la temporada 2014/15. Sobre su paso por Lanús y lo que significó, Gramajo expresó: “El corazón mío está en Lanús, hace mucho tiempo vengo diciendo que Lanús es mi segunda casa, es un club que me abrió las puertas y que me dio la chance de debutar en liga. Mucha gente que se ha portado bien conmigo, ojalá algún día pueda estar en Liga y quien te dice poder volver a vestir los colores granates”.
Lanús dejó la Liga y con ello, los muy buenos proyectos que poseía el Granate tuvieron que migrar en busca de nuevos horizontes y allí Ferro fue la segunda estación de su carrera. En el elenco de Caballito, Gramajo alternó buenas y malas, siendo muy irregular y aprendiendo a fondo una faz de su juego que aún no estaba tan desarrollada, la defensa.
“Sabía que tenía que mejorar eso porque sino en esta liga no se puede jugar. Es algo que viví en Ferro cuando me tocó estar con Laginestra y Hernán me sacaba porque no defendía y me tocaba jugar muy poco por eso. Entrené duro para mejorar ese aspecto, es obvio que si no defiendo no puedo jugar, acá con Quimsa se notó ese cambio y sé que si soy duro atrás voy a tener más tiempo de cancha”, comentó el Tucu sobre como lo encarriló Laginestra en esa cuestión.
Sebastián González, el coach de Quimsa, también le marcó esa mejora y la confianza que le da en la cancha es una muestra de lo establecido que está Gramajo en el equipo. “Seba (González) me ha dicho que he mejorado mucho eso, antes era un jugador que solo se prendía en ataque y que en defensa el contrario me utilizaba para atacarme sabiendo mi falencia defensiva. Me grabé la frase que si no defendió no puedo jugar la liga, le di duro para mejorar y creo que lo he hecho en base al esfuerzo y al trabajo diario”.
UN TRIPLE QUE CAMBIÓ LA HISTORIA
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— #BCLAmericas (@BCLAmericas) October 31, 2020
Quimsa estaba empantanado en la ofensiva, venía haciendo un buen juego en la final de la Champions League estando arriba en el tanteador, pero Flamengo se venía hasta que apareció esa bomba que destrabó y fue en buena parte la llave para el título. Sobre ese jugada que lo marcó para siempre, Gramajo admitió: “No hay otro triple como ese, todavía lo veo y no lo puedo creer. Con ese triple sacamos una luz de tres puntos creo. Estábamos trabados no la podíamos meter y fue fundamental, nos abrió la cabeza. En la jugada siguiente Brandon (Robinson) metió otro bomba. Es el más importante desde que arranqué y que sirvió para ganar el torneo más importante de América”.
En Santiago aún se lo recuerdan y hasta es objeto de bromas de sus compañeros: “Después del triple fue una alegría inmensa y un desahogo porque venía de lanzar uno solo y me quedé corto y también venía errando varios tiros contando la semis con San Lorenzo. Cuando entró, me saqué, lo grité, fue una alegría tremenda. Después cuando estábamos festejando, muchos chicos me hacían la broma con el step back, porque es algo que no se lo esperaban, ya que lo entreno pero pocas veces lo llevo a los juegos”
“Lo veía y decía guau, no lo podía creer. Es más me decían que era Luka Doncic con ese triple, imagínate mucho para mí, un orgullo ser parte de esta alegría de Quimsa y poder dar un título de esta magnitud en medio de una pandemia, un título que no se va a olvidar por mucho tiempo”, agregó el oriundo de Tafí Viejo.
Los buenos rendimientos tanto en la Liga como en la Champions League y en la Final Intercontinental fueron suficientes para entrar en el radar de la Selección Argentina, un motivo de mucho orgullo para el protagonista.
“Muy contento de haber estado entre los quince, hubiera sido mejor cerrarlo entre los doce y haber jugado los dos partidos con la selección. No obstante estoy muy feliz de estar en la consideración, de estar en el radar y demuestra que uno viene haciendo bien las cosas y tengo que seguir por ese mismo camino, siendo cabrón en los dos costados de la cancha y aprovechar la confianza que me da Seba (González)”, confesó.
A fuerza de triples, coraje, caradurez y ahora madurez, Iván Gramajo disfruta de su mejor momento en su carrera, sin olvidar que lo llevó hasta ahí y las cosas que tuvo que mejorar para poder tener protagonismo importante en un equipo de punta.
Ahora va por más, su objetivo de selección no va a quedarse con ese llamado esporádico y su sueño de vestir la celeste y blanca con la mayor es el objetivo al que apunta casi como si fuera una pelota caliente en un partido definitorio y si se habla de tiros importantes, Gramajo ya ha demostrado que no le tiembla el pulso.
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