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Fernando Zurbriggen es de esos jugadores que juegan el partido al 110 por ciento, se ganando por uno, perdiendo por uno o ganando por veinte o perdiendo por veinte, no conoce otra forma se sentir el básquet. Y así como es en la cancha también lo es afuera, pero desde la curiosidad de estar siempre a tono con el contexto por eso que desde su llegada a Obradorio, el santafesino lo primero que hizo fue interiorizarse de la ciudad a la que estaba yendo, para no sentirse tan visitante.

Desde lo deportivo todo es desafío en la actual temporada de la Liga ACB, su llegada al torneo nacional más competitivo de Europa es un salto de calidad enorme, al cual está atravesando de buena manera (promedia 5.7 puntos, 2.6 rebotes y 1.4 asistencias en casi 17 minutos por juego, además de un interesante 46.3 por ciento en dobles y un 40 en triples) y mucho tiene que ver además de su calidad para jugar, su forma de ser, su desfachatez para encarar la vida.

En una charla mano a mano con Matías Traversa, el armador surgido en Banco Santa Fe contó detalles de lo que fue su debut en España, donde nada más y nada menos enfrentó a una potencia del país y hasta de Europa como el Unicaja Málaga. “Me enteré ahí que al tubo que te lleva a la cancha le dicen el infierno verde”, adelantó antes de meterse en tema.

Luego ante la pregunta del periodista sobre sus sensaciones o nervios antes del debut, Zurbriggen se despachó con una infidencia: “Te voy a contar un secreto que si se entera Moncho (Fernández, el entrenador) me mata. Había entrenado toda la semana de suplente y me enteró dos minutos antes de arrancar el partido que voy a de arranque. A todo eso, sumale que yo llevaba dos años sin jugar con público y acá en España ya había un poco de movimiento de la temporada anterior y entonces había 4000 personas, una cancha muy grande”.

A veces los nervios del estreno son literales y por más que hayas jugados todo tipo de torneos, un nuevo club, una nueva liga es una cuestión para respetar y sobre todo cuando te comunican dos minutos antes que vas de entrada y eso a algunos les hace bien y a otros no tanto.

“Me invadieron todas las emociones, era un momento en el que yo corría con la pelota e intentaba hacer correr la jugada, pero no podía hacía cosas casi naturalmente sin pensar. Fueron esos primeros minutos que el Moncho se dio cuenta que estaba sobre exaltado y me sentó para que me calme. En el segundo ingreso es como que largué los nervios, entré en el trance del juego y por suerte las cosas me salieron bien”.

Esa frase de  “por suerte las cosas me salieron bien” se traducen en 10 puntos (3/5 dobles, 1/1 triples y 1/1 libres), además de 2 rebotes, 2 robos y 3 pérdidas en 18 minutos, en lo que derrota peleada por 91 a 79.

Fernando Zurbiggen y su recuerdo patente del debut de España cuando todo se dio en un abrir y cerrar de ojos y a pesar de los nervios, su básquet y su energía pudieron más con una actuación más que convincente.

Mauro Osores / [email protected]
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