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Aunque era una potencia ofensiva fenomenal, Derrick Rose no rehuyó los desafíos del otro lado de la cancha, y ese es el encanto de los jugadores que quieren ser los mejores. Joakim Noah, compañero de Derrick en las épocas de Chicago, vio su crecimiento y el momento en el que Rose supo que ería toda una estrella.

Los Bulls se estaban preparando para un partido contra los Suns liderados por Steve Nash, quien acababa de ganar títulos consecutivos de MVP una temporada antes. Y qué mejor manera para que un jugador joven demuestre su valía que enfrentarse a uno de los mejores bases de todos los tiempos.

"Steve Nash es el MVP. Estamos viendo videos de los Suns y Vinny Del Negro dice: 'Kirk (Hinrich), vos defendé a Steve Nash'. Y Derrick dice: 'No. Yo defiendo a Steve Nash. Él (Del Negro) dice: 'No, nuestro mejor defensor es Kirk Hinrich’”, recordó Noah. "Y Derrick, que es terriblemente tímido dice: 'No. Lo voy a defender yo a Steve Nash. No estoy huyendo de ningún enfrentamiento'.  Él Quería ser especial desde el principio", contaba Noah.

Ese año, Rose ganó el premio Novato del Año, promediando 16,8 puntos junto con 6,3 asistencias y 3,9 rebotes. Cuando llegaron los playoffs, casi llevó a los Bulls a una sorpresiva victoria contra el campeón Boston Celtics, liderado por Paul Pierce. Fue solo el comienzo de su ascenso, ya que formó parte de cada uno de los siguientes tres equipos All-Star de la Conferencia Este y ganó el MVP más joven de la historia en 2011.