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El Dream Team es el mejor equipo de la historia de un deporte y pocas objeciones queda. Michael Jordan, Magic Johnson y Larry Bird fueron los íconos sobresalientes como marca para el mundo, pero en si eran 11 leyendas y Cristian Laettner, la estrella universitaria de aquel entonces.

Chuck Daly venía de tener un bicampeonato con los Pistons y estaba en boga como entrenador de moda en Estados Unidos por lo que su designación para el cargo de entrenador del Dream Team estuvo más que justificada. Con los jugadores elegidos y la planificación en marcha para ir a los JJOO comenzaron a desarrollarse los entrenamientos, que terminaban siendo una especie de batallas interestelares cuando se ponían a jugar un picado a cara de perro.

Daly estuvo en el banco de esa plantilla, pero a decir no creo que haya tenido que hacer mucho para que ese equipo fuera campeón, pero si gestionar un poco el orden y el ego cuando el entrenamiento se salía de control. Y si de entrenamientos se trata, allí Chuck palpó de primera mano como jugaban esos monstruos en el día a día y hubo uno que lo sorprendió por completo, más de lo que ya lo conocía y sufría cuando enfrentaba a Chicago.

“Nunca sabes realmente lo bueno que es un jugador hasta que lo entrenas. Pippen fue la gran sorpresa en Barcelona, la confianza con la que jugó y la naturaleza absolutamente completa de su juego en ataque y defensa. Nadie más lo esperaba realmente que fuera así”, esgrimió Chuck.

Luego agregó para darle más entidad a su perspectiva: “Sé que Michael es el mejor jugador, pero Pippen sin dudas fue el mejor de ese equipo”.