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Público en las tribunas, cantos incesantes, aplausos infinitos, alegría y buena vibra, el recibimiento al seleccionado argentino masculino en su vuelta al Templo del Rock de Obras fue brillante y el equipo respondió con dos sólidos partidos que dejaron en claro cómo será el sistema de competitividad de Néstor García.

Paraguay es un plantel en reconstrucción y la veteranía de algunos jugadores nacionales, como Carlos Delfino, Nicolás Romano y Marcos Mata, entre otros, fue un factor favorable. Sin embargo, la idea se plasmó y el queso de la pizza se va dorando paulatinamente para el nuevo conjunto dirigido por el Che.

El pragmatismo del entrenador argentino para adaptarse al rival de turno condiciona el análisis a futuro de cómo podría jugar el plantel en este nuevo proceso, no así el estilo que se aplicó en el presente, que resultó en victorias consecutivas ante Paraguay en la cancha de Obras.

Ofensivamente, el alto goleo a partir de la construcción defensiva dio réditos a pesar de los bajos porcentajes en tiros de tres. Las soluciones tácticas y estratégicas, y los puntos en transición fueron el motor que hizo funcionar el auto en estos dos juegos iniciales.

Los dirigidos por García anotaron 12/29 en triples (41,4%) en el primer choque ante Paraguay, pero decayeron en el segundo encuentro y solo convirtieron 12/41 (29,3%) en el segundo.

Ese es el detalle negativo. El positivo es la pizarra de Che y su cuerpo técnico, una alternativa siempre importante. Una de las opciones principales en ambos encuentros fue el pick and roll entre Carlos Delfino y uno de los grandes, para aprovechar la lectura del veterano y los espacios a partir de su relevancia como tirador, como se ve en esta jugada.

Lo mismo en el contragolpe, como en esta acción en la que Delfino llega jugando y Kevin Hernández lo espera. Rechaza la cortina, gana la línea por el carril derecho y penetra para conseguir el doble y la falta. 

A su vez, se explotó al santafesino en el poste bajo para generar puntos rápido. En esta situación de shuffle (cortina para la caída), Delfino corta al aro tras el pick y liquida con velocidad de zurda. Simple, pero efectivo. Podría ser una solución que se mantenga independientemente del personal del momento. 

Ahora, para hablar del juego en transición hay que rescatar la buena labor defensiva. Primero se utilizó la estrategia de cambios en todas las cortinas, pero en ese primer juego ante Paraguay, desde el segundo periodo, se empezó a utilizar la defensa seguidor, con el grande esperando abajo. Otra idea que podría mantenerse con el correr de los encuentros.

Apenas permitieron 67 y 43 puntos a Paraguay, números que impusieron presencia a partir de la marca, que es un sello del Che en cualquiera de sus planteles. Presionar, forzar pérdidas y correr cada vez que se pueda, ocupando rápido las esquinas y con el interno llegando antes que nadie para ofrecerse como opción de pase.

Acá se puede ver algo de eso, en el segundo cotejo frente a Paraguay. Franco Baralle sigue al portador del balón en la cortina, Juan Fernández se hunde y el rival pierde la pelota para permitir que Pipi Barreiro defina con una volcada. 

Presión a la pelota, puntos en transición y búsqueda de resoluciones a partir del juego estacionado, los tres aspectos que por ahora se pueden entender para definir la selección del Che.

Ejemplos hay muchos más, la idea se está perfeccionando y algunos detalles de la filosofía del nuevo cuerpo técnico se van conociendo. El barco todavía está navegando, pero la playa se percibe y se encuentra cerca.

Argentina busca tierra firme, otra vez.

Ignacio Miranda/ [email protected]
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