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Durante el Eurobasket 2022 fue uno de los temas más recurrentes: la cantidad de jugadores nacionalizados que jugaban para las distintas selecciones. De hecho, una nota en Básquet Plus de Pablo Prigioni levantó mucho vuelo en todo el mundo cuando aseguró que, mientras él fuera entrenador de Argentina, nunca incorporaría a un nacionalizado. 

Sin embargo, esta historia es distinta. A partir de la eliminación de Argentina del próximo Mundial y de la búsqueda desesperada de todos de jóvenes que nos den esperanza, surgieron varios casos de chicos que podrían jugar para la Selección Argentina, pero o bien nacieron en el extranjero o nacieron aquí y se fueron hace tiempo. 

Los dos casos más cercanos a concretarse en citaciones para categorías formativas, son los de Marcus Adams Jr y Alonso Easterling. Adams cobró mayor interés público cuando la semana pasada fue publicitado en redes sociales (@LosKingsDeSwipa, @ItsRaamiro), como el nuevo fichaje de la Universidad de Kansas, siendo hijo de un exjugador de la Liga (de igual nombre), y de madre argentina. Adams Jr. dio en varias entrevistas que le hicieron en estos días que quiere jugar para Argentina y entonces su caso pasó a ser centro de atención.

Adams Jr. es un caso como no se habían dado antes, comparable solo quizá al de Daniel Amigo, de padres mexicano y argentino, que fue llevado a una Universiada hace varios años junto con Erik Thomas (hijo de Jimmy y de madre argentina), pero finalmente ninguno de los dos volvió a ser convocado y, de hecho, Amigo finalmente fue sumado por México para su selección nacional. 

Marcus hijo es un chico de 2.02 metros, alero, de 18 años (clase 2005), con grandes cualidades atléticas y que, si fue fichado por Kansas y aparece como uno de los 30 mejores prospectos de su edad, es porque tiene proyección. Kansas es de las Universidades más prestigiosas de los Estados Unidos. 

El otro que ya estaba en la mira de la CAB hace rato es Alonso Easterling, hijo de Stan, el recordado norteamericano que jugó muchos años aquí, y también de madre argentina. Alonso es clase 2006, mide 2.08 metros, es un ala pivote con tiro de tres puntos y la gran diferencia con Adams Jr. es que nació en la Argentina, con lo cual no necesita realizar ningún trámite de ciudadanía, aunque no tiene pasaporte de nuestro país. Pero se fue muy jovencito para Estados Unidos. 
 

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— Alonso Easterling (@AlonsoEasterli1) January 23, 2023

¿Cómo está la situación con ellos? Adams es muy probable que sea citado para la preselección que se preparará para jugar el Mundial U19 de Debrecen, Hungría entre el 24 de junio y el 2 de julio de este año. El chico está llegando a nuestro país en un par de semanas para ir a hacer los trámites necesarios, seguramente en Rosario, donde también jugó su padre y donde conoció a Delfina, su madre. 

Después será cuestión de ver si se da todo como para que el chico quede en el equipo. No es solo un tema de nivel de juego, sino de forma de jugar, adaptación, convivencia. Adams jr habla bien español, con lo cual ese no será un problema. Y dio muestras de tener muchas ganas de estar en el equipo argentino. Pero habrá que ver. 

Easterling debe realizar solo el tema del pasaporte y, por edad, podría ser citado para la preselección que jugará el Sudamericano U17 a fines de año, que clasifica al FIBA Américas U18 del 2024 y este, al Mundial U19 del 2025. Pero también podría estar en el preseleccionado del U19 de este año si al entrenador que le toque (no está definido), le cierra. 

La realidad marca que Adams e Easterling no son los únicos casos. Hay un tercero que trataremos en una nota aparte (Tyler Kropp, clase 2007, de 2.02 y con DNI argentino) y varios más bastante menores, que viven en Estados Unidos y podrían tener la nacionalidad. Un dato a tener muy en cuenta. Como Adams no hizo la ciudadanía antes de cumplir 16 años, si finalmente se sumara a Argentina, contaría como nacionalizado. No es el caso de Easterling (nació en Argentina) ni de Kropp (lo hizo antes de los 16) y tampoco del hermano menor de Adams, Máximo, que es clase 2008 y también viene mostrando mucho talento. 

Una nueva situación que se abre a partir de la globalización que permite encontrar a todo el mundo en cualquier sitio, a una Argentina que muchas veces ha expulsado a los propios y también a un básquet que, pese a todo, sigue generando pertenencia, aún para los que nunca se pusieron la camiseta celeste y blanca.