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Anfernee Simons fue drafteado por la franquicia de Oregon en el 2018, sin muchas expectativas de que se convirtiera en un jugador importante dentro de la rotación de un equipo contendiente, que llegó a las Finales de Conferencia gracias a Damian Lillard y CJ McCollum. A decir verdad, apenas jugó 20 partidos aquella temporada, promediando sólo 7 minutos y con un futuro incierto. 

Todo cambió para el jugador drafteado #24 durante la siguiente temporada. En la burbuja, tuvo un par de juegos anotando más de 13 puntos y con un rol algo más importante en la serie frente a Los Angeles Lakers, pese a que su eficiencia no le permitió tener mejores estadísticas. A decir verdad, a partir de ese momento la eficacia desde el tiro fue su gran incógnita, y el problema a resolver si quería tener minutos importantes. 

Más allá de que tuvo un par de temporadas rocosas con momentos donde cautivó a fanáticos y staff técnico en Orlando, Simons siguió trabajando en la sombra de los dos Blazers más importantes de la década durante su tercer año. Hasta que de repente la puerta se abrió: Portland traspasaba a McCollum y Lillard quedaba fuera por el resto del año. En su cuarta temporada, luego de apenas ser titular en 5 partidos desde 2018 a 2021, Ant tenía su chance de brillar. 

El potencial se había notado en su segundo año, también en el tercero pero con menos protagonismo. Con Chauncey Billups al mando tuvo el escenario ideal para sacar a relucir sus cuatro años de trabajo incansable, y sorprendió hasta al más optimista. 17 puntos por juego, su primera marca en doble dígito hasta entonces, con 44% de campo y 40% del triple. Además, las similitudes con Lillard en el estilo de juego eran imposibles de negar. Partidos con 9 triples, más de 40 puntos y casi un mes donde estuvo por encima de 30 puntos por noche fueron el indicador final: Anfernee Simons estaba listo para ser el nuevo CJ McCollum. 

Faltaba resolver la última pieza del puzzle entrando a 2022-23, cómo iba a ajustarse su juego al lado de Damian Lillard. Para Ant no fue ningún problema. Ha sido titular en todos los partidos (24) disputados hasta el día de la fecha. Y encima promedia 24 puntos, 4 asistencias y casi 40% del campo con incluso más volumen de dobles, triples y libres. Para poner en perspectiva, apenas tiene 23 años, y habiendo firmado un contrato de 100 millones por 4 temporadas, ya está teniendo una mejor temporada que cualquiera de McCollum en toda su carrera con los Blazers en términos de anotación. Y apenas va más de un cuarto de año, con Portland en el top 6 de la Conferencia Oeste. 

Para Lillard fue muy fácil el acople, pues Ant y CJ están teniendo un rol similar. Jugar sin pelota aprovechando la capacidad de salir a tirar, darle protagonismo mientras Dame descansa y alimentarse de la gravedad generada por el base cuando están al lado en cancha. Esto ha creado una armonía perfecta entre la pareja, que ya empieza a verse incluso mejor que Lillard y McCollum juntos. El gran problema es que Dame comenzará a estar en sus últimos años de esplendor, pero en Portland al menos saben que la sucesión del #0 está en las mejores manos posibles.